Prefiero pasar miedo que vergüenza

La España acomplejada que lleva décadas rehuyendo sus obligaciones, y responsabilidades democráticas, cómodamente tumbados en los sofás de sus casas, es tan responsable de la situación a la que hemos llegado en Cataluña, como los secesionistas sediciosos catalanes que desde hace décadas han secuestrado la voluntad de todos los españoles, amparándose en las mentiras, manipulaciones y calumnias con las que de forma sistemática han regado a sus antojo los medios de comunicación afines.

 

Los mensajes muñidos desde el victimismo, y la manipulación descarada de la historia, han calado en una población (me refiero a los españoles que somos catalanes, y que vivimos en Cataluña) que no han podido, (o más bien, no han querido) contrastar la veracidad de los inputs que recibían. Por un lado, ningún Gobierno se molestó en desmentirlos. Y por el otro, porque cuando algunas plataformas, o asociaciones de ciudadanos intentaban rebatir la supuesta veracidad de las acusaciones, los medios de comunicación citados anteriormente, se encargaban de ahogar sus palabras con ruido mediático, del tipo “España nos roba”, “derecho a decidir”, o “son unos fachas”.

 

Durante décadas los mal llamados "nacionalistas", esto es, me refiero a la extinta Convergencia i Unió, fue soslayando la voluntad de los catalanes a base de imponer la lengua catalana por doquier, sobre todo en la enseñanza, (pública, concertada, e incluso privada), con lo que marcó una diferencia, que aunque débil, e insustancial, fue lo suficientemente machacada hasta el extremo de llegar a hacer crear a generaciones enteras, de que los catalanes no somos españoles, por la única diferencia de que "ellos" (me refiero a nosotros los españoles), “supuestamente” no hablamos catalán.

 

En los últimos años, y de forma más alarmante, en los últimos meses, el mensaje se ha radicalizado, llegando al extremo de pedir desde la propia Generalidad de Cataluña, que se actuase de forma más expeditiva, por ejemplo el Conseller de Presidencia de la Generalidad de Cataluña, el Sr. Jordi Turull, dividió a los catalanes, entre los que “ayudan a votar, y los que ayudan a impedirlo”, o lo que es lo mismo, “catalanes buenos, y catalanes malos”, con ello lo que hizo, fue dividir, y enfrentar a los catalanes. No contentos con este dislate, el propio Presidente de la Generalidad de Cataluña, el Sr. Carles Puigdemont, llamó a los secesionistas catalanes a encararse con los alcaldes que no colaborasen con el referéndum ilegal del 1-O. Y por si todo ello no fuera poco indicio de la violencia que se está sembrando, gestando y alentando desde la Generalidad de Cataluña, el brazo socio-político de los secesionistas, esto es, la ANC y Omnium, exhortaron a los secesionistas catalanes a que hicieran "listas negras" con los nombres, apellidos y direcciones de todos aquellos catalanes que el 1-O no fueran a votar, o previsiblemente votasen no.

 

Así las cosas, la Cataluña que otrora fuera un motor cultural, social y económico, se ha convertido en un lodazal repleto de chivatos, y delatores de sus vecinos, los cuales están ávidos de venganza contra el conquistador, o colonizador (según con quien hablas te insulta diciéndote otros adjetivos), donde durante décadas se ha adoctrinado a los niños, y prueba de ello la hemos tenido cuando en los colegios (públicos, concertados y privados) se insistió para que los niños fueran a tomar la calle (en horario escolar), en apoyo de la secesión de Cataluña, llegando al extremo que en las clases se pasó lista, en este caso no para ver quién había faltado ese día, sino para saber quién había ido, y de esta forma saber qué niños no apoyan al secesión, me refiero a niños de 12, 14 o 16 años. Todo ello orquestado desde la Generalidad de Cataluña, con la complicidad de los directores de los colegios, y con el beneplácito de algunas (no todas) AMPAS escolares.

 

 

Los radicales de extrema izquierda y antisistema de la CUP, reforzados por hordas de “bárbaros” venidos allende nuestras fronteras, amenazan la convivencia ya de por si enturbiada por la división creada desde ciertos partidos políticos, y desde la Generalidad, y alentada por ciertos medios de comunicación afines (y concertados), todo ello con la intención de lograr sus objetivos, ya no solo desde la ilegalidad más absoluta, sino también, desde la violencia más extrema.

 

Los españoles, los que somos y nos sentimos españoles, tenemos la responsabilidad personal, y moral, de salir a la calle, para apoyar y defender las leyes que bajo el amparo de la Democracia, y del Estado de Derecho, han creado el marco jurídico en el que hemos vivido en paz, y convivencia en las últimas décadas, y si con ello quedamos inscritos en sus “listas negras”, o somos apaleados por las hordas de la extrema izquierda, y de los radicales secesionistas, así lo haremos, ya que más sufrieron nuestros padres, y abuelos para llegar a tener Democracia, y libertad en España, y si por ello el resto de nuestra vida tenemos que vivir con el miedo de ser perseguidos, marcados y señalados por nuestros “vecinos”, pues que así sea, ya que yo, ¡¡¡ prefiero pasar miedo que vergüenza !!!, ya que lo primero se soluciona echándole “redaños”, pero lo segundo no tiene remedio.

 

Ha llegado la hora de que los españoles, a los que eufemísticamente nos llaman la “mayoría silenciosa”, salgamos a la calle y mostremos y demostremos que Cataluña es España, y si con ellos quedamos estigmatizados, marcados y tildados como “españoles”, para mí será un orgullo, ya que lo que para ellos es un insulto, para mí es un honor, y por ello lo digo alto, y claro, ¡YO SOY ESPAÑOL!

 

Sin duda esto solo se soluciona con diálogo, pero de momento, solo se puede evitar, saliendo pacíficamente a la calle para reclamar que ¡Cataluña es España!

 

Yo lo tengo muy claro, ¡yo prefiero pasar miedo, qué vergüenza!, ¿y tú?

 

Pablo Martín

Barcelona – Cataluña – España

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