Prisiones sospecha de que los presos de ETA consumen droga: cacheos y uso de perros adiestrados

Instituciones Penitenciarias sospecha que algunos presos de ETA consumen y distribuyen drogas blandas en algunas cárceles españolas donde se encuentran internado. El ministerio del Interior ha impartido instrucciones para evitar que introduzcan sustancias como el hachís en sus celdas y en las zonas comunes, y se están tomando medidas especiales para detectar ese tráfico.

Según ha sabido El Confidencial Digital, la secretaría general de Instituciones Penitenciarias ha indicado a los directores de las cárceles que no sólo vigilen a los presos comunes para que no consuman o trapicheen con drogas en el interior de los centros penitenciarios; también les ha transmitido que extremen las precauciones con los reclusos de ETA en ese sentido.

Las sospechas de Instituciones Penitenciarias apuntan a que algunos presos de ETA podrían tener en su poder cantidades pequeñas de hachís para consumo propio.

Medidas especiales antidroga

En las diferentes prisiones ya se están tomando de hecho precauciones para impedir la distribución y consumo de sustancias prohibidas entre los etarras encarcelados.

En las últimas semanas, funcionarios y personal privado de seguridad de las prisiones han incrementado los dispositivos antidroga en algunas cárceles, ya que ahora los etarras también se encuentran incluidos entre los sospechosos.

Estas son algunas medidas que se están aplicando en determinados centros penitenciarios:

-- Cacheos. Antes y después de acceder a las zonas comunes, funcionarios cachean a los reclusos etarras en busca en alguna piedra de hachís.

-- En alguna ocasión, el funcionario ha tenido que pedir al etarra que se quitara la ropa para comprobar si escondía en su cuerpo la droga. Este hecho se ha producido en al menos dos prisiones.

-- Registros de las celdas. Los funcionarios de prisiones también han registrado los habitáculos donde duermen los etarras en busca de drogas.

 

¿Quién les puede suministrar la droga?

Los técnicos de Prisiones han puesto especial vigilancia en los familiares y amigos que acuden a visitar a los etarras. Solo ellos pueden suministrar la droga, ya que la relación de los reclusos de ETA con el resto de internos es escasa.

Según las fuentes consultadas por ECD, en algunas prisiones se ha incrementado durante los últimos días la vigilancia sobre las personas que acuden a visitar a los presos de ETA. Concretamente, se están realizando las siguientes medidas de control:

-- Cacheos a los familiares. El mismo registro que se realiza a los presos se repite con sus allegados.

-- Rastreo en las salas de vis a vis. Una oportunidad para introducir droga en la prisión es aprovechar el encuentro íntimo que mantienen los presos con sus familiares. Los funcionarios tienen orden de prestar máxima atención con esas situaciones y, si es necesario, registrar la sala y cachear a los participantes en el vis a vis.

-- Uso de perros antidroga. En alguna ocasión, la Guardia Civil ha tenido que emplear perros adiestrados para que olfateen al familiar del etarra y descubran si esconde alguna sustancia prohibida.

Recientemente, explican las fuentes consultadas, uno de los perros se quedó sentado en el suelo en señal de que había encontrado alguna sustancia. Sin embargo, el agente que cacheo intensamente al allegado del etarra no descubrió nada.

A día de hoy, no se ha encontrado ninguna sustancia prohibida a ningún etarra ni a ningún familiar.

Las prisiones más conflictivas

La instrucción para extremar la seguridad y evitar el trapicheo de drogas es general, a todas las prisiones de España, aseguran las fuentes consultadas por ECD. Directores de cárceles de Andalucía, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Madrid, Galicia… han recibido esta indicación.

No obstante, algunos centros penitenciarios resultan especialmente conflictivos en este sentido. Por ejemplo, las tres prisiones de El Puerto de Santamaría, que albergan a más de cuarenta etarras, son las más problemáticas y donde un mayor número de incautaciones se producen.

En El Puerto III, los funcionarios han incautado en el último mes hasta una decena de piedras de hachís.

La relación de ETA con las drogas

ETA siempre se ha mostrado públicamente contraria a las drogas. Durante los años ochenta y noventa, incluso, los terroristas amenazaron de muerte a los traficantes que se movían por el País Vasco e incluso hubo alguna muerte adjudicada a esa causa.

Sin embargo, varios etarras han sido ya capturados con drogas en su poder. El caso más paradigmático es el del jefe militar de la banda terrorista, ‘Txeroki’, que fue detenido con 100 gramos de hachís en su habitación.

A Aitzol Etxaburu, Andoni Sarasola y Alberto Machaín también se le incautó alguna piedra de hachís en su lugar de residencia. Parece ser, aseguran, que para consumo propio.

Otro etarra, Íker Esparza, fue detenido en París mientras volvía de un parque donde es habitual la prostitución y en el momento de la detención se encontraba en un severo estado de embriaguez.

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