Puntos ‘sensibles’ de yihadismo radical en otras zonas de España: varios pueblos de Cataluña y la “Cañada de la Muerte” en Melilla

La barriada del príncipe Alfonso, en Ceuta, ha sido el escenario de una reciente operación contra un supuesto grupo radical yihadista que planeaba realizar acciones terroristas. Existen en España otros puntos “sensibles” que se están confirmando como ‘caldo de cultivo’ idóneo para la aparición de movimientos similares. Anotamos algunos.

La reciente operación policial contra una red de origen yihadista radical ha dejado al descubierto la actividad encubierta de un grupo de individuos en el barrio del Príncipe Alfonso de Ceuta. La quema de morábitos –especie de pequeñas ermitas de una persona considerada santa por los musulmanes- y la aparición de un comando de ‘moral’ pública fueron las claves detectadas por los expertos en dichos grupos para activar la alerta.

Dos semanas antes de la ‘operación Duna’, El Confidencial Digital se hizo eco de un análisis realizado por dos expertos de la Universidad de Granada en el que se alertaba de la conversión de dicho enclave en un ‘caldo de cultivo’ para el yihadismo radical. Ahora, algunas fuentes consultadas por ECD en el ámbito de la inteligencia antiterrorista apuntan otras zonas problemáticas por la posible aparición de focos similares, aunque las señales son aún incipientes.

Algunos pueblos de Cataluña, más en especial de Lérida, están manifestando ciertos síntomas de radicalización islámica, en pequeños grupúsculos injertados en la población inmigrante de credo musulmán. Los expertos alertan de las dificultades para el control de estas ‘células ocultas’, que hoy día no revelan signos extremadamente preocupantes pero cuya evolución es necesario seguir.

Lo mismo podría decirse de un enclave muy localizado, la Cañada de Hidum en Melilla, también conocida como la “Cañada de la Muerte”, cuya población -de origen mayoritariamente bereber- se ha cerrado mucho en los últimos tiempos hasta casi alcanzar el modelo de gueto.

A estos lugares habría que añadir ciertas localidades del Levante, Murcia y Almería, donde se han infiltrado individuos alentadores de facciones radicales islámicas que buscan mezclarse con las personas llegadas para trabajar en la zona.

En el caso de la operación policial realizada en Ceuta, se pudo hacer uso de la información recibida desde Marruecos, a través del control que el reino alauita mantiene sobre los imanes de las mezquitas y oratorios de la zona. Para el resto de enclaves las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han de hacer uso de informadores periféricos que dan la alerta ante los primeros síntomas del nacimiento de un grupo extremista. La dificultad de introducir ‘agentes encubiertos’ resulta elevada.

 

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