José Apezarena

Rajoy se mancha de barro

Con lo poco que le apetece mojarse, mezclarse en batallas terrenales, embarrarse en fin, Mariano Rajoy parece haber decidido remangarse. Debe de ser porque hay motivo.

El presidente ha dado la sorpresa, protagonizando una actuación que muy pocas veces se le ha visto: dejar mal en público a una persona 'suya', es decir, del Gobierno o del partido.

Mariano Rajoy ha puesto a escurrir a la ministra de Agricultura, García Tejerina, y a la presidenta madrileña, Cristina Cifuentes, al descalificar expresamente su ocurrencia de responder con una huelga "a la japonesa" a las movilizaciones, concentraciones y paros convocados hoy con motivo del 8-M feminista.

Preguntado en el Senado por la propuesta de la huelga "a la japonesa", el presidente respondió: "No me reconozco en esa afirmación que ha hecho algún miembro de mi partido".

Dijo más. Proclamó que el "respeto" del Gobierno a la huelga era "total". Y, ante la senadora canaria que le había planteado la penosa situación laboral de las camareras de piso, se comprometió a recibir "cuanto antes" en Moncloa a las representantes de ese colectivo. "Tiene usted mi palabra. Haremos cosas y caminaremos en la buena dirección", añadió.

Aparte de cuál pueda ser su opinión exacta sobre estos asuntos, resulta evidente que Rajoy se ha dado cuenta de lo mucho que está en juego: el peligro de agraviar a más de la mitad del país, a las mujeres. Y, para cortarlo de forma contundente, ha bajado a la arena, se ha manchado los zapatos. Se lo ha tomado en serio.

Como también lo ha hecho con otro asunto igualmente delicadísimo: los jubilados y las pensiones.

Y es que, como resulta bien conocido, por iniciativa propia ha solicitado celebrar un Pleno del Congreso monográfico sobre el tema. Él, que en general prefiere la pasividad, quedarse quieto, no tomar iniciativas y no hacer nada.

Si ha optado por someterse a un, en principio, complicado escrutinio del Congreso, donde se encuentra en minoría, parece claro que lo hace porque es consciente de lo que se dirime con la batalla de las pensiones. Singularmente en vísperas electorales.

 

Habría que añadir también que subirá a la tribuna porque cree que tiene sólidos argumentos para defenderse. E incluso para contraatacar a sus rivales. Es lo que se escucha en ámbitos del Gobierno.

De todas formas, a estas alturas de la película es evidente que la situación para Rajoy no está para fumarse un puro. Por eso ha decidido bajar al barro.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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