Tratan de minimizar una eventual quiebra

Santander, BBVA y Bankia se llevarán sus activos estratégicos fuera de una Cataluña independiente

Han trazado planes de contingencia que contemplan convertir en una mera filial el negocio que se desarrolle en la región

Artur Mas, Oriol Junqueras y otros candidatos de la lista "Junts pel Sí".
Artur Mas, Oriol Junqueras y otros candidatos de la lista "Junts pel Sí".

Los grandes bancos están listos para limitar su exposición a Cataluña ante un escenario de independencia. Uno de los planes de contingencia que manejan baraja convertir en una filial el negocio que se genere en la región para mitigar los daños por una eventual quiebra en caso de secesión.

La razón es que la Comisión Europea y el Banco de España han advertido que Cataluña quedará fuera del paraguas del Banco Central Europeo.

Ninguna entidad con domicilio social en Cataluña tendría acceso a la financiación barata del BCE. Los clientes no dispondrían tampoco del Fondo de Garantía de Depósitos español, ni del futuro mecanismo europeo, para recuperar al menos 100.000 euros de sus ahorros, como si ocurre en el resto de España.

Convertir el negocio en una mera filial

Según ha sabido El Confidencial Digital, a través de fuentes financieras conocedoras de estos movimientos, los planes de contingencia de las principales entidades del país, como Santander, BBVA, Popular y Bankia, contemplan rebajar su exposición en el territorio, en caso de independencia.

La eventual quiebra del negocio contaminaría a toda la entidad, mientras fuera la misma entidad jurídica. Para prevenir este riesgo, los grandes bancos impondrían la “filialización del negocio en Cataluña”. Así se contempla, al menos, en los planes de contingencia que se están trazando en los despachos de los principales grupos financieros del país.

Es decir, convertirían en filial el negocio que se desarrolle en la región, lo que conllevaría también una transferencia de activos estratégicos fuera de Cataluña. Así, su posible quiebra quedaría limitada al capital allí empleado, sin recurso y perjuicio al resto de la entidad.

Dudas sobre establecer un sistema de sucursales

Otra de las opciones que se contemplan también en los planes de contingencia de la banca es establecer un sistema de sucursales al estilo ING Direct, y no filiales, en Cataluña. Este planteamiento, sin embargo, conlleva mayores incertidumbres.

Se considera que los riesgos de una zona contaminarán a la otra porque se abrirán muchas incógnitas en la región con su expulsión del euro. Un escenario que no solo afectará a su economía, sino también a todos los bancos que operan en la comunidad.

El traslado de las sedes de CaixaBank y Sabadell

Pero el mayor problema se encuentra en las entidades catalanas que deberán trasladar antes su sede fuera de Cataluña, si no quieren quedar sin acceso a la liquidez del BCE.

Fuentes financieras consultadas por ECD recuerdan que Microbank inauguró su sede social en Madrid el 10 de abril de 2013. Es una pequeña filial de La Caixa que dispone de ficha bancaria y sede en la capital de España. Bastaría con una transferencia de activos desde CaixaBank de Barcelona a Microbank, o su futuro nuevo nombre, para entrar en el paraguas de la Eurozona.

 

La asamblea de La Caixa aprobó también en mayo del año pasado, en una reunión histórica en Barcelona, su transformación en fundación bancaria y la eliminación de los estatutos que obligaban a que Cataluña fuera “el criterio orientador” de todas sus actuaciones. Los nuevos estatutos ya no garantizan que la sede de La Caixa estará en Barcelona “en cualquier caso”.

En el caso del Sabadell, las compañías que querían cambiar su sede social debían convocar hasta ahora una junta de accionistas para aprobar la medida, excepto si se trasladaban a una dirección en el mismo municipio. Ahora, en concreto desde hace dos meses, el consejo de administración puede decidir unilateralmente el cambio de domicilio social.

No se trata de una “amenaza a los clientes”

En los grandes bancos, la declaración contra la secesión del pasado viernes no se entiende como una amenaza a los clientes, tal y como la han interpretado los sectores independentistas catalanes.

Defienden que es “un movimiento obligado de supervivencia”. Los clientes catalanes estarían más protegidos y tendrían asegurado su dinero en entidades con la sede fuera de una Cataluñaindependiente.

Además, en el caso de CaixaBank y Sabadell, los analistas interpretan que buscan adelantarse a que los accionistas extranjeros puedan vender sus títulos, si ambas entidades permanecen en un país fuera del euro y los millones de clientes del resto de España llegaran a retirar los ahorros al no estar garantizados. Las agencias de calificación también les rebajarían el rating automáticamente.

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