UGT llevó a Madrid como manifestantes a “meros excursionistas": se apuntaron a “pasar el día” y recibieron 15 euros para “tomar cañas, que las tiran muy bien”

No todos los participantes de la manifestación organizada por UGT y CC.OO. en Madrid eran afiliados. “Ni mucho menos” asegura a este confidencial un sindicalista que viajó a la capital desde una de las provincias con mayor tradición en cuanto a activismo sindical se refiere.

Según el relato que este sindicalista ha hecho a El Confidencial Digital, buena parte de quienes viajaron a Madrid el pasado sábado eran “meros excursionistas”. Los afiliados hicieron durante la semana previa al evento una intensa labor de ‘captación’ para aumentar el grueso del grupo. “Podéis ir a pasar el día a Madrid gratis, con comidas y a viaje incluido” decían a amigos y familiares para convencerles.

El sábado, de madrugada, los autobuses estaban dispuestos para salir en dirección a la capital. Durante el viaje, algunos preguntaron por el desayuno. “No os preocupéis, en un rato os explicaremos todo”. Y así fue, uno de los dirigentes del grupo repartió a cada uno un sobre en cuyo interior había un billete de diez y otro de cinco euros.

“Esto es para las dietas, para que podáis desayunar ahora cuando hagamos la parada, y para tomaros unas cañas en Madrid, que las tiran muy bien”, aseguró el sindicalista al mando. Preguntado en un aparte, uno de los responsables se atrevió incluso a recomendar una zona de cañas: “Cerca del Retiro, en Príncipe de Vergara, hay varios sitios muy típicos de cañas”.

Durante el trayecto les explicaron el plan previsto, la hora de llegada, el recorrido de la manifestación, y el lugar de encuentro para la vuelta. “Lo importante es que estéis en el punto de encuentro a las tres y media de la tarde para volver, no os perdáis”, les instaron.

En ese autobús, en el que por cierto viajaban los principales líderes regionales, no se habló de política: se habló de fútbol. Y se escucharon algunas comprometidas confesiones: “Yo voy para ver a mi hija, que trabaja en Madrid”, dijo uno. “A ver si nos da tiempo a acércanos a la Plaza Mayor, que en estas fechas está preciosa” comentaba otro.

La expedición llegó a la capital. El único comentario político que se escuchó en el autobús durante el viaje fue el de un sindicalista que, ante la estatua del Águila de San Juan situada en Moncloa –frente al Ejército del Aire-, se preguntó: “¿Acaso no tenemos una Ley de Memoria Histórica? ¡Que la tiren abajo!” gritó.

Los autobuses dejaron a los ‘manifestantes’ en Atocha, y desde allí, una buena parte cogió el metro para moverse a otras zonas de Madrid. Quienes no tenían plan, pero querían “escaparse”, decidieron hacerlo durante el transcurso de la marcha. “Se veía a gente que se salía de la manifestación y se metía en los bares”.

Le cuentan a ECD que fue allí donde coincidieron los grupos venidos de distintas zonas de España. “Dicen en la radio que nos han ‘untao’ con 30 euros a cada uno” “¡No jodas! Pues a mí sólo me han caído quince… ¡oye! ¿Quién tiene mis otros quince euros?” se decían unos a otros “entre carcajadas”.

El ‘aperitivo’ duró hasta que llegó la hora convenida para la vuelta. Alguno retornó con sus quince euros intactos. La mayoría dieron buena cuenta de las dietas y llegaron al autobús “ya comidos”.

 

En el viaje de regreso, el autobús paró a en un área de descanso, donde los organizadores ofrecieron empanadas, bollos de chorizo y refrescos, todo ello muy abundante. Fue el fin de fiesta de la manifestación, aunque otros la llamaron ‘excursión’.

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