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Volvo S90 D4 Automático Inscription. Distinto y distinguido

Dentro del segmento de las berlinas grandes, el Volvo S90 se perfila como una más que interesante opción.

Volvo S90 D4 Automático Inscription
Volvo S90 D4 Automático Inscription

Su original diseño, cargado de personalidad, destila una gran dosis de elegancia y poder de atracción. Una tónica que repite el sofisticado interior. El modelo D4 automático monta un propulsor diésel de 4 cilindros en línea con 2 litros de cilindrada (190 CV) acoplado a un cambio automático de 8 relaciones.

El Volvo S90,  desarrollado sobre la plataforma del XC90, es un modelo que se inscribe en el sector de las berlinas grandes, también conocido como segmento E. Mide 4,96 m de longitud por 1,88 m de anchura, con una distancia entre ejes o batalla de 2,94 m. Sus rivales naturales hay que buscarlos en vehículos como, el Audi A6, BMW Serie 5, Jaguar XF o Mercedes-Benz Clase E, por poner unos significativos ejemplos.

Este segmento de las berlinas grandes está dominado por las marcas germanas. Frente a tan ilustres competidores, el Volvo S90 propone una receta estilística muy personal, tanto a nivel de diseño exterior como interior. Por otro lado no falta un equipamiento de primera, representado por el  nivel superior (Inscription), junto con sofisticadas ayudas a la conducción y vanguardistas sistemas de seguridad. Al fin y al cabo, Volvo ha sido siempre una marca pionera en materia de seguridad.

En honor a la verdad y dejando a un lado los gustos personales de cada uno, lo cierto es que la presencia del S90 no deja indiferente a nadie. Muestra un diseño elegante, rotundo y a la vez refinado que irradia poderío por los cuatro costados.

Su inédito e inconfundible frontal le confiere una gran personalidad, una oda a la originalidad. Destacan la señorial parrilla cromada que luce en el centro el logotipo y, sobre todo, los sofisticados faros de led  que portan unas luces diurnas en forma de “T” tumbada, el llamado “martillo de Thor”. La vista lateral es muy limpia, con perfiles suaves, sin esculpir, en contra de lo que hoy se estila. En definitiva un diseño distinto a la par que distinguido.

Una originalidad que también se traslada al interior, donde encuentra acomodo la corriente minimalista. Pero un minimalismo que destila refinamiento y calidad a partes iguales. Impacta la configuración general del conjunto del salpicadero, que acoge un cuadro de instrumentos digital. Sin embargo, el auténtico protagonismo recae en la gran pantalla táctil de 9 pulgadas del sistema multimedia, dispuesta verticalmente.

Guarda bastante similitud con una tablet y constituye el núcleo de control de todos los sistemas del coche. Sus menús están muy bien estructurados, lo que permite prescindir de casi todos los botones convencionales. Aunque requiere un pequeño periodo de adaptación por la gran cantidad de información que proporciona, lo cierto es que resulta fácil de usar, es muy intuitiva.

A la atmósfera de lujo que se percibe en el habitáculo contribuyen tanto los buenos ajustes como la calidad de los materiales empleados. Una especie de salón rodante que se completa con unos magníficos asientos, muy confortables, dotados con el justo grado de dureza a la vez que recogen muy bien el cuerpo.

El nivel de equipamiento superior, el Inscription, incluye de serie, entre otros elementos, el asistente de cambio de carril, sistema de mantenimiento de carril, airbag de rodilla para el conductor, City Safety con función de detección de peatones, ciclistas y animales de gran tamaño, faros de led, control de crucero adaptativo (ACC) con asistencia en tráfico lento (Pilot Assist), sistema de protección contra latigazos cervicales, asientos delanteros eléctricos (el del conductor con memoria) y calefactados, tapicería de cuero Nappa y diversos apliques cromados en el exterior. Dentro de las ayudas a la conducción destaca, el Pilot Assist, un primer paso hacia la conducción autónoma.

Este dispositivo, que aúna el control de crucero adaptativo y el sistema de mantenimiento de carril, realiza correcciones en la dirección para mantener el vehículo dentro de su carril a velocidades de hasta 130 km/h y sin necesidad de la referencia del vehículo que circula delante. Pero lo cierto es que en autovía, circulando a estas velocidades, sólo traza las curvas de amplio radio. Por otro lado, el City Safety incorpora una nueva función para detectar animales de gran tamaño.

 

En materia de seguridad cabe también destacarse un sofisticado sistema de protección en caso de salida de la calzada o el sistema de frenado automático en intersecciones. El sistema de protección en caso de salida de la carretera evita lesiones en la columna vertebral; para ello si detecta una salida de la vía tensa los cinturones delanteros para mantener erguidos a los ocupantes, la mejor postura para amortiguar mejor el impacto.

Una vez que el vehículo cae o, mejor dicho, “aterriza” bruscamente sobre el terreno, una zona deformable situada entre el asiento y su armazón se encarga de absorber la energía del impacto, amortiguando las fuerzas verticales a las que se ven sometidos los ocupantes, que se pueden reducir hasta un tercio.

Todos los motores que impulsan al S90, tanto gasolina como diésel, pertenecen a la familia de propulsores Drive-E. Su arquitectura es de 4 cilindros en línea, tienen 2 litros de cilindrada y van sobrealimentados, ofreciéndose en diferentes niveles de potencia. Están construidos partiendo del mismo bloque de fundición de aluminio y cuentan con árbol de equilibrado. Habrá quienes piensen que un “modesto” 4 cilindros en línea no debiera ocupar el vano motor del Volvo S90, que mejor opción sería un 6 cilindros.

Pero lo cierto es que Volvo hace ya algunas décadas contribuyó a dignificar al motor de 4 cilindros, a elevarlo de categoría gracias a la sobrealimentación. Con su firme apuesta por la sobrealimentación mediante turbocompresor podía competir en lo referente a cifras de potencia con propulsores de mayor cilindrada y número de cilindros. Este es un legado de la marca, mucho antes de que se instalara entre los fabricantes de automóviles la tendencia del downsizing con el claro objeto de reducir consumos.

El modelo S90 D4 monta un propulsor diésel de 4 cilindros y 2 litros de cilindrada que desarrolla 190 CV. De suave funcionamiento, ofrece suficiente potencia para mover con solvencia un vehículo de este tamaño, sobre todo cuando va acoplado al cambio automático de 8 velocidades. La rapidez de respuesta de este cambio cuando se pisa con contundencia el acelerador contribuye igualmente a que el motor responda con prontitud.

Además hay que tener en cuenta la generosa cifra de par que arroja, 400 Nm, disponible entre 1.750 y 2.500 rpm. Una escala en la que habitualmente se desenvuelve. Firma una velocidad máxima de 230 km/h, una aceleración de 0 a 100 km/h en 8,2 s y un consumo medio de 4,1 l/100 km. Pero el S90 D4 es ante todo un coche muy confortable, silencioso y de suave rodar. Devora kilómetros con facilidad en autovías, en las que puede mantener fuertes ritmos de marcha a la vez que obsequia a sus ocupantes con un elevado confort. 

En trazados con abundantes curvas si se quiere mantener este ritmo muestra algún balanceo de más. El precio del Volvo S90 D4 automático con nivel de equipamiento Inscription es, 58.690 euros. 

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