Javier Fumero

Wyoming no se cae. Wyoming se tira

El chiste es muy viejo. Un chulo madrileño va en la plataforma central de un autobús de línea en Madrid, fardando de equilibrio. “El titi no se cae”. “El titi no se cae”. No va agarrado a ninguna sujeción: sólo hace contrapeso con el cuerpo, sorteando cualquier curva del itinerario sin caerse.

El pique con el conductor va en aumento porque el chico empieza a retarlo, con los gestos y las palabras: “El titi no se cae”, insiste desafiante. El autobusero cada vez fuerza más las cosas para intentar que el descarado muerda el polvo...

Finamente, frenazo en seco brutal tras un feroz cambio de sentido y el titi sale disparado hacia adelante. Aterriza junto al conductor e impacta con fuerza contra el salpicadero. Un guantazo de campeonato.

El conductor no se puede contener y le suelta con una media sonrisa:

-- “Con que el titi no se cae, ¿no?”.

La respuesta del chulo no se hace esperar. Mientras se limpia la sangre que le sale por la nariz, proclama en voz alta:

-- “El titi no se cae. El titi se tira”.

Pues va a ser que no. Wyoming no se cae de la programación de laSexta. A pesar de las campañas en su contra, que se gestan incluso desde dentro de la compañía propietaria de la cadena ‘verde’, Wyoming está blindado. Vale mucho (por su audiencia) y cuesta muy poco (dinero) para perderlo, argumentan los directivos.

Y no me parece mal. No comparto el humor ácido que a veces destila su programa, ni la forma en la que en ocasiones trata a personas e instituciones. Pero eso no quita para que me parezca legítimo que tenga su ventana si hay televidentes que disfrutan con su propuesta.

 

Intolerable me parece cualquier campaña contra la libertad de expresión, las presiones para amordazar a los que discrepan, las malas artes contra la disidencia. Y peor me lo ponen si la ofensiva proviene de un poder del Estado. Eso no tiene un pase.

Para colmo, va alguien y lo llama “cocainómano”. Lo que faltaba. A falta de argumentos, disparo y tente tieso. Tampoco me parece bien.

Sin embargo, Wyoming tampoco se tira. No lo ha hecho frente a Iñaki Gabilondo en el programa de Canal+1 que la plataforma de pago estrenará el próximo mes de noviembre. Se ha filtrado, creando expectación, algún fragmento de su intervención. Además de defenderse, José Miguel Monzón ha dicho lo siguiente:

-- “España es el único país del mundo en el que se ataca a sus intelectuales y artistas desde las instituciones”.

En esa batalla, el Gran Wyoming juega con las cartas marcadas. Si España puede presumir de algo en esta materia es por tener más sectariamente posicionado que nadie al mundo de la Cultura. En eso es un país único. Todos, prietas las filas, remando en la misma dirección. De eso sí que puede presumir Wyoming, que comparte cartel junto a los Bardem, Miguel Bosé, Sabina, Willy Toledo, Almodóvar y compañía.

Los principales actores, músicos, pintores, directores de cine, escritores, productores de este país... llevan años metidos mayoritariamente en política y moral, siempre a la izquierda. Cualquier disidente es apartado del montón, declarado un apestado y castigado a galeras. Cualquiera que se salga de la fila es aislado hasta lograr que perezca: sin trabajo, sin apoyos, sin promoción, sin voz.

Montaron un “cordón sanitario” contra un partido político. se posicionaron con aquel señor ‘de la ceja’ llamado Zapatero en plena campaña electoral: toma ecuanimidad. Disfrutan haciéndose la foto junto a un dictador como Fidel Castro e ignorando a un disidente llamado Oswaldo Payá. Y armaron una buena bronca contra la guerra de Aznar.

Todo eso lo hicieron prostituyendo unos escenarios que, en principio, debían quedar al margen de la ideología.

Con este currículum a las espaldas, choca un poco que ahora alguien vaya de víctima. Quizás al Gran Wyoming le ha faltado gallardía para proclamar que “el titi no se cae; que el titi se tira”. Digo yo.

Más en twitter: @javierfumero

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