A Zapatero y Rajoy, que desoyen el clamor popular de unidad y lucha conjunta contra el terrorismo: qué poco importa la ciudadanía
Al margen de que se compartan o no las ideas de Gobierno y oposición, que unas sean más sensatas que otras, una cosa parece clara: en estos días de grave riesgo para España, los dos máximos responsables de la política no pueden permanecer en continuas disputas. Mucho menos cuando la banda terrorista ETA acaba de poner sobre la mesa dos cadáveres. Los dos piden unidad, pero deben de hablar idiomas distintos porque no se parecen en nada los planteamientos que realizan uno y otro. ¿Dónde están las manos tendidas y recogidas que vimos en épocas muy duras del terrorismo en nuestro país? ¿En dónde han quedado esas imágenes que dejaron claro al pueblo español que, independientemente de las diferencias políticas, la lucha contra ETA era la prioridad de los dos principales partidos? Ahora eso ya no se ve. Ni en Barajas, ni en La Moncloa. Prima la “pequeña política”. La gente se pregunta qué pasa con los políticos, quizá embebidos en sus intereses de partido, obsesivamente pendientes de la poltrona y los próximos comicios y siempre alejados de la calle. Una guindilla para unos y otros, porque la ciudadanía no se merece una clase política que la ignore.
