De un ‘aprobado raspado’ a un ‘siete’ como máximo. Zapatero pidió a sus invitados al Desayuno de Oración que le puntuaran sobre cómo había estado en su discurso

El presidente del Gobierno ha cogido el hábito de plantear, a determinadas personas de su confianza, que valoren cada una de sus actuaciones, intervenciones, discursos y medidas de gobierno. También lo hizo al término del Desayuno de Oración en Washington, aunque con otros interlocutores.

Una vez finalizado el acto cívico-religioso, Rodríguez Zapatero se acercó el exclusivo club que formaban las personas a las que él había invitado a acompañarle, y que viajaron en el avión presidencial. En el propio hotel Hilton, el jefe del Gobierno pidió al grupo su opinión, con esta pregunta: “¿Qué tal he quedado?”.

Según informaciones recabadas por El Confidencial Digital, estas fueron algunas de las respuestas que escuchó el presidente:

-- Juan Luis Cebrián, consejero delegado del grupo Prisa, le respondió: “Yo te pondría un siete”.

-- Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, contestó: “Un aprobado raspado”.

Al margen de eso, los invitados de Zapatero coincidieron en decirle que tiene que aprender inglés, y que había hecho el ridículo no hablando en esa lengua.

En lo que todos estuvieron de acuerdo fue en que, durante el acto, la intervención más emotiva y con mayor garra fue la de Hilary Clinton, superando incluso al mismo Barack Obama. La sala vibró y se emocionó con las palabras y las historias de la secretaria de Estado.

Hubo una visita al Washington Post, pero, según algunos de las presentes, se trataba de un acto “muy institucional”, al que no fueron todos los del grupo español.

Miembros de ese colectivo de invitados de Zapatero destacan la “buena relación” que parece existir entre los dos periodistas citados, es decir, Juan Luis Cebrián y Pedro J. Ramírez, que estuvieron juntos y charlaron aparte en numerosas ocasiones. En el caso del consejero delegado de Prisa, no regresó a España en el avión oficial, sino que aprovechó para marchar a Nueva York por asuntos particulares.

Por cierto que, durante el vuelo en el avión presidencial, el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, dio la nota con su insistencia en que necesitaba hablar por teléfono. Se levantó del asiento en varias ocasiones, diciendo: “Yo tengo que saber qué lleva mañana la portada de mi periódico”.

 

Carlos Herrera, que, como se ha contado en ECD (ver noticia), metió una imagen de Nuestra Señora de la Candelaria en el bolsillo de Zapatero durante su intervención, comentó ayer en su programa de Onda Cero, explicando el viaje a Washington, que ante invitaciones como la recibida del presidente del Gobierno “no se puede decir que no”.

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