José Apezarena

Y Ábalos prefiere ponerse amarillo

José Luis Ábalos, en la toma de posesión como ministro de Fomento.
José Luis Ábalos, en la toma de posesión como ministro de Fomento.

"¿Puede explicar las distintas versiones que ha dado de su encuentro con Delcy Rodríguez?". ¿Cuáles son las "implicaciones democráticas" de su afirmación "yo he venido para quedarme y no me echa nadie"? "¿De todas las versiones que ha ofrecido… hay alguna verdadera?".

Son tres incómoda preguntas al ministro José Luis Ábalos, presentadas en el Congreso de los Diputados para la sesión de control al Gobierno prevista hoy, miércoles.

Y, además, se ha registrado una interpelación urgente del PP pidiéndole que "explique los motivos que le llevaron a mantener una reunión con Delcy Rodríguez, los compromisos que fueron adquiridos en nombre del Gobierno de España con el régimen de Nicolás Maduro y la incidencia de dichos compromisos en las relaciones de España con Venezuela, con la Unión Europea y con nuestros aliados".

Las preguntas se han formulado, pero, por lo visto, el Gobierno de Sánchez no tiene la menor intención de que el ministro del Delcygate suba a la tribuna a dar explicaciones.

Ya lo anticipó ayer en el Senado, cuando, ante una pregunta parecida de los populares a Ábalos, decidió que respondiera... la ministra de Exteriores, Arancha González. Y escondió al ministro Ábalos.

El Gobierno y sus aliados tampoco han permitido que se cree una comisión de investigación. Todo, con tal de salvar al soldado Ábalos.

Está claro que los partidos de la oposición no van a dejar pasar la oportunidad de hacer leña con el escándalo provocado por la estancia de la vicepresidenta de Maduro en Barajas.

Es un dolor de cabeza que va a perseguir a José Luis Ábalos durante mucho tiempo.

Existe un refrán castellano que anima a afrontar los problemas por la directa, cuanto antes, sin dejar que se pudran, porque entonces el resultado suele ser mucho peor. Dice así: "Más ponerse una vez colorado que ciento amarillo".

 

Los diccionarios describen así el contenido de dicho refrán:  "Recomienda afrontar con decisión las situaciones difíciles, con el objeto de no arrepentirse después por no haberlo hecho en su momento".

Ábalos se ahorraría muchas migrañas si optara por dar la cara de una vez por todas. Si eligiera el color rojo, ahorrándose un suplicio seguro y largo.

Pero, por lo visto, no está dispuesto. Prefiere ponerse amarillo, que dicen que es el color de los que padecen mal del hígado. Y creo que se equivoca.

editor@elconfidencialdigital.com

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