Abogados y magistrados franceses piden la liberación de tres etarras del sanguinario ‘comando Argala’

Han publicado una carta en Le Monde en la que critican las penas de cadena perpetua a Jon Parot, Jacques Esnal y Frederic Haramboure

Atentado de ETA contra la casa cuartel de Zaragoza, con 11 personas asesinadas.
Atentado de ETA contra la casa cuartel de Zaragoza, con 11 personas asesinadas.

Dos abogados, un magistrado honorario, un consejero honorario de la Corte de Casación y un ex presidente de la Liga de los Derechos Humanos: son los firmantes de una tribuna de opinión publicada en el diario Le Monde en la que se reclama la liberación de tres de los terroristas de ETA con más asesinatos en su historial criminal.

“Se trata de dejar morir a personas condenadas en prisión, lentamente, sin testigos”. Es lo que aseguran que tratan de hacer las autoridades francesas con Frederic Haramboure, Jon Parot y Jacques Esnal.

Estos tres etarras formaron parte del ‘comando Argala’, un comando secreto -desconocido para otros etarras- que puso en marcha en 1978 el jefe de ETA Domingo Iturbe Abasolo, alias ‘Txomin’, y que hasta su desarticulación en 1990 cometió numerosos atentados: masacres como la de la casa cuartel de Zaragoza en 1987 (donde asesinaron a 11 personas) y asesinatos selectivos como el de la fiscal Carmen Tagle y el del teniente general Guillermo Quintana Lacaci.

El comando -al que también perteneció Henri Parot, el etarra con más asesinatos en su haber-, fue desarticulado en 1990 en Francia. La mayoría de sus miembros eran franceses de ideología nacionalista vasca, como los citados Parot (los dos hermanos), Esnal y Haramboure.

En 1997 la justicia francesa condenó por primera vez a cadena perpetua a terroristas de ETA, justo a los tres por los que los firmantes de la carta en Le Monde interceden.

“Las autoridades públicas y parte de la justicia antiterrorista están colaborando en este discreto asesinato”: así lo califican, de “discreto asesinato”, el hecho de que sigan en prisión más de 30 años después, ya que consideran que el cumplimiento máximo de 30 años, pese a tener una condena a cadena perpetua, es el que establece la legislación francesa.

Los autores del artículo en Le Monde destacan que “si hubieran sido juzgados en España, serían liberados en unas pocas semanas ya que, en este país y en su caso, las sentencias no pueden ejecutarse más allá de treinta años”.

La corte de apelaciones lo ha denegado

Según relatan en su tribuna, los etarras solicitaron su puesta en libertad y los jueces de primera instancia se la habían concedido.

Sin embargo, tras unos recursos el caso llegó a la corte de apelaciones de París, que “con incesante implacabilidad, rechazó cualquier ajuste a la sentencia”.

 

Critican que la corte de apelaciones de París no tiene en cuenta que ETA dejó las armas en 2011, tras la Conferencia de Ayete en la que participaron varios de los firmantes del artículo.

Por ejemplo, Michel Tubiana, que se presenta en Le Monde como abogado y presidente de honor de la Liga de Derechos Humanos, ha tratado de ejercer en los últimos años de “mediador” entre el entorno de ETA y el gobierno francés.

Fue uno de los autodenominados “artesanos de la paz” que llevaron a cabo la parte pública de la apertura de varios zulos de ETA con armas y explosivos en el suroeste de Francia, en lo que se presentó como el “desarme” de la organización terrorista.

Tubiana y los otros firmantes (Maritxu Paulus Basurco, Xantiana Cachenaut, Serge Portelli y Philippe Texier) de la tribuna piden que la política francesa sea más coherente y humanitaria, y contribuya a “la paz en el País Vasco”.

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