José Apezarena

El abuso de los indultos

En alguna ocasión me ha posicionado críticamente sobre la figura del indulto, esa vía que otorga al Gobierno una última palabra en materia judicial, con la posibilidad de corregir decisiones adoptadas por los tribunales.

Pienso que tal figura ha de ser manejada con un cuidado exquisito por parte del Ejecutivo, aplicada de forma muy restrictiva y siempre con la máxima claridad, dando todas las explicaciones que justifiquen medida tan extraordinaria cuando se otorgue.

Y a propósito de los indultos se está produciendo un evidente abuso, lindante con el fraude de ley, que es utilizar ese recurso para intentar dilatar todo lo posible un ingreso en prisión después de producida sentencia condenatoria.

Ya son muchos los condenados con sentencia firme que optan por entrar en el vericueto legal de solicitar el indulto con el claro propósito de retrasar la aplicación del fallo que obliga al ingreso en prisión.

La práctica se ha generalizado, y los jueces tienden a aplicar un plazo de espera hasta conocer el resultado final de la demanda de indulto. Un tiempo en el que los condenados permanecen fuera de la prisión. Me parece un engaño, cuando no un fraude de ley, que merecería ser corregido.

La visión de destacados delincuentes, de defraudadores y de corruptos políticos, que continúan en su casa a pesar de una condena firme produce desazón y desánimo entre la ciudadanía. Cuando no indignación.


 
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