Eres adicto a las nuevas tecnologías y no lo sabes. Todo sobre el tecnoestrés

Mirar el móvil varias veces aunque no haya sonado, actualizar la bandeja de entrada del correo electrónico cada vez que te sientas delante del ordenador o sincronizar las cuentas de todas las redes sociales en todos los dispositivos a tu alcance. Todos ellos son síntomas de tecnoestrés. Si lo haces, los expertos lo confirman: padeces esta patología del mismo modo que lo hace inconscientemente la mayor parte de la población.

Tecnoestrés, la adicción a las nuevas tecnologías.
Tecnoestrés, la adicción a las nuevas tecnologías.

La tecnología es algo que está presente día a día en nuestra vida y cada vez más. Muchos son los aparatos que nos rodean y muchas las situaciones en las que ya no sabemos actuar si no tenemos por medio un aparato tecnológico.

Aburrirse en la sala de espera de la consulta del médico o esperando el autobús y sacar el móvil para comprobar que no tenemos algún mensaje en ninguna cuenta, aunque sólo lo hagamos un par de veces al día, es uno de los síntomas de una patología diagnosticada que padecen millones de niños y adultos sin saberlo.

Qué es el tecnoestrés

El tecnoestrés, nombre que ha adquirido esta dolencia, surge como consecuencia de este exceso de tecnología en nuestras vidas.

Aunque, según explica el doctor Fernando Sarrais, especialista en Psiquiatría en la Clínica de la Universidad de Navarra, esta patología existe desde hace años, en los últimos años se ha agravado notablemente.

Surgió, apunta, como consecuencia de la aparición de nuevos aparatos tecnológicos, como teléfonos móviles, y del estrés que suponía aprender a utilizarlos por parte de una sociedad nativa en estos elementos.

Sin embargo, el tecnoestrés entendido en la actualidad es totalmente diferente. Tal y como explica el doctor, aunque aún quedan algunos del primer tipo, los que más sufren esta patología suele ser por otro factor: la necesidad de estar todo el día conectado.

No importa la red o el dispositivo. Facebook, Twitter, cuentas de correo electrónico personales o profesionales  y, sobre todo, Whatsapp nos obligan, sin darnos cuenta en la mayoría de los casos, a consultar varias veces a la hora nuestros móviles o tablets.

Estar al día es indispensable y no estarlo nos genera tecnoestrés. La tensión que nos provoca todo lo que rodea a las nuevas tecnologías puede agravarse desembocando en enfermedades más graves como depresión. Por este motivo, es necesario conocer qué es y cómo prevenir este tipo de adicción que, tal y como apunta el doctor, poco dista de las demás adicciones.

Cuidado: puede empeorar

Muchas veces el estrés no sólo proviene de lo enganchado que esté un usuario a las nuevas tecnologías, sino de las consecuencias de estarlo. Sueño o mala conciencia son algunas de las causas que agravan la dolencia.

 

-- Falta de sueño. “La gente está muy enganchada en Internet”, pero no sólo eso, sino que “sobre todo lo está por la noche”, matiza el doctor, momento en el que series, juegos y otra oferta de entretenimiento ocupa un espacio que deberíamos dedicar al descanso. Esta falta de sueño se convierte en una fuente de nervios y estrés también.

-- Problemas de responsabilidad. Además, muchas personas que padecen tecnoestrés, tienen la sensación de haber dejado otras obligaciones a un lado por dedicarse a realizar búsquedas por Internet o a consultar Facebook y el correo electrónico una y otra vez durante horas.

Algunas de las patologías derivadas por estas u otras causas son la tecnoansiedad, la tecnofatiga y la tecnoadicción.

Autocontrol, punto de partida del remedio

“Esto se enmarca en un concepto más amplio”, apunta Fernando Sarrais, “en una falta de higiene mental de enseñar a la gente a autocontrolarse a la hora de usar las nuevas tecnologías”.

En general, señala, no se educa en el razonar para ver cuál es la forma más adecuada de vivir por una razón: el interés de la sociedad reside en el consumo, no en el raciocinio en los hábitos de compra.

“En la vida nos encontramos ante una tentación permanente, del mismo modo que si nos encontrásemos ante un buffet libre, en el que el riesgo está en coger más de lo que debes”.

La necesidad de estar siempre al día, informado de todo lo que pasa, convierte al individuo en un ser con prisa, sin tiempo para reflexionar en una especie de estado que el experto denomina “borrachera de activismo”.

Quedarse atrás es perder, lo que genera una “hipertrofia de los ganadores”: siempre hay que estar al tanto de la última hora para no rezagarse.

Esto no es cierto ni es real. La única forma de salir de este círculo en el que muchos han entrado es, según recomendación del doctor, con disciplina.

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