Advertencia del PNV a Sánchez: si pacta con Podemos la derogación de la reforma laboral, no apoyarán la investidura

El Ministerio de Economía les ha dado garantías de que esa medida no figura en los “pactos ocultos” con Pablo Iglesias

Íñigo Urkullu y Pedro Sánchez.
Íñigo Urkullu y Pedro Sánchez.

La inquietud provocada por las negociaciones encalladas entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para la investidura ha alcanzado al PNV. Era uno de los apoyos que, aun estando sin cerrar, el PSOE daba por seguro en la investidura.

Los nacionalistas vascos todavía no habían decidido un voto favorable, a la espera de conocer de manos del propio Sánchez el programa de gobierno con el que se presentará a la votación.

Pero el PNV había expresado su voluntad de facilitar un gobierno estable y su disposición al diálogo con el PSOE de cara a apoyar la investidura.

El voto afirmativo obedecería a la voluntad de facilitar la gobernabilidad y al acuerdo con un programa de gobierno, y por tanto a la existencia de un pacto efectivo, y no a una mera expresión de apoyo al PSOE en un pleno en el que no haya posibilidades de formar Gobierno.

Pese a ello, la decisión definitiva no está tomada. Aunque el voto negativo estaba prácticamente descartado, el PNV considera ahora que antes de analizar la posición definitiva en la votación será necesario que Pedro Sánchez les concrete los “pactos ocultos” que ha alcanzado con Unidas Podemos a cambio de su apoyo en la investidura.

Rechaza la derogación de la reforma laboral

Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes conocedoras de las conversaciones, el PNV ha transmitido al Gobierno que rechazará un pacto con Podemos para derogar la reforma laboral aprobada en 2012.

En el partido vasco no comparten la liquidación total de la normativa. Están dispuestos, por ejemplo, a apoyar la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa y a recuperar la prórroga automática de los convenios vencidos.

Por lo tanto, defienden una “reforma light”, completamente alejada de las tesis de Podemos y los sindicatos y más cercana a los intereses de las organizaciones empresariales.

Sin embargo, no pasan por alto que la nueva configuración del arco parlamentario permite al Gobierno de Pedro Sánchez tumbar con facilidad el marco legislativo que regula el mercado de trabajo desde 2012.

 

El PSOE, con 123 diputados, suma ahora 165 escaños con Unidas Podemos y hasta 180 con Esquerra Republicana (ERC).

Entre los tres partidos alcanzan con holgura la mayoría absoluta para sacar adelante uno de los principales puntos de sus programas electorales: derogar los cambios legales que impuso el PP con Rajoy en el Gobierno y que, a su juicio, no han hecho más que precarizar las condiciones de los trabajadores.

Fuera de los ‘pactos ocultos’ con Podemos

En el PNV son conscientes de que, en el ámbito económico, Podemos se niega a renunciar por ahora a su apuesta por la reducción del coste de la energía, lo que afectaría a la vasca Iberdrola, y a la derogación de la reforma laboral.

En Podemos, por ejemplo, califican de insuficiente la última propuesta del PSOE de retocar la norma, pero sin tumbarla.

Calviño evidenció que ya no es una prioridad

En cambio, en el Ministerio de Economía están convencidos de que aplicar ese plan frenaría la recuperación de la economía y descartan incluirlo en un pacto con el partido de Pablo Iglesias. Así lo confirman a ECD altos cargos de la cúpula económica del Gobierno, quienes se han encargado de dar garantías a los nacionalistas vascos.

La ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, ya evidenció la semana pasada que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ya no tiene entre sus prioridades el revertir la reforma laboral aprobada por Mariano Rajoy, al afirmar que es necesario “mirar hacia el futuro” y no dedicar “toda la energía política a tejer y destejer” reformas parciales porque eso “no resuelve los problemas del mercado laboral”.

Para defender su postura, Calviño señaló también, en una entrevista en Onda Cero, el caso de los trabajadores de compañías de mensajería como Glovo o Deliveroo, que en muchos casos trabajan en situación de falsos autónomos y en unas condiciones económicas poco ventajosas.

“Revertir la reforma laboral no va a mejorar las condiciones laborales de los chicos que están trabajando para Deliveroo o Glovo, no va a resolver los retos que nos plantea la digitalización y robotización del empleo”, justificó la ministra de Economía.

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