Javier Fumero

Que alguien me explique por qué el Gobierno no se explica

El Partido Popular en el gobierno va camino de pagar en las urnas algunos errores de bulto, pero también –y esto es lo paradójico- decisiones que algunos han considerado aciertos. Me explico.

Los errores son bastante conocidos y cualquiera podría elaborar un elenco consistente. A mí se me ocurren tres fundamentales: la corrupción de altos cargos del partido en Madrid y Valencia; la mala gestión de la crisis catalana; y la falta de explicaderas y ausencia total de empatía con los ciudadanos.

Precisamente en línea con ese viejo divorcio del PP con la pedagogía, Rajoy también está perdiendo apoyos por su estrategia económica: no logra explicar bien las decisiones tomadas.

Fuera de nuestro país todo el mundo reconoce admirado el increíble mérito de España al pasar, en tiempo récord, del colapso más brutal al crecimiento sostenido. En sólo unos meses este país reformuló su economía y acometió cambios estructurales que otras naciones han tardado más de treinta años en acometer.

La exportación es un ejemplo. Con un mercado doméstico hundido, nuestras empresas decidieron salir a vender a los mercados globales y el resultado ha sido espectacular. España ha aumentado su cuota en el mundo en un abrir y cerrar de ojos. Nadie lo ha contado.

Es cierto que, mientras tanto, este Gobierno ha vaciado la hucha de las pensiones. Hasta un 90% del dinero destinado al llamado Fondo de Reserva de la Seguridad Social en época de bonanza ha sido utilizado para cubrir el exceso de déficit generado, fundamentalmente, por el paro.

Hemos tenido que gastar más de lo que ingresamos durante los años de la crisis. Desde 2012 a 2017 el Ejecutivo ha retirado 70.851 millones de euros para cubrir el agujero. Quedan sólo 8.095 millones disponibles.

Hay quien dice que había otra salida: rebajar las pensiones o subir a lo grande las cotizaciones sociales. Y que si no se ha hecho es por un interés partidista. El PP habría recurrido al Fondo de Reserva para evitar ser penalizado en las elecciones de 2015 y 2016  con esas medidas impopulares que afectaban a su principal caladero de votos: los pensionistas.

Esto es bastante discutible, como poco. Algunos economistas sostienen que no se tomaron estas decisiones por otras razones de interés general. Se citan dos: a) Para que no pagaran la crisis los más débiles; para evitar empujar a la miseria a esos abuelos que durante lo peor de la recesión tuvieron que sostener a hijos y nietos. Y b) Se recurrió al fondo para apostar por una rápida recuperación que se ha producido y que permitirá, ahora sí, afrontar el gran problema de fondo: el sistema es insostenible y hay que cambiarlo.

 

Eso es lo que se va a acometer ahora en el Pacto de Toledo. Pero insisto: tampoco nadie ha explicado esto. ¿Electoralismo? ¿No es electoralismo proponer que haya un impuesto a las transacciones financieras y anunciar que los bancos pagarán un impuesto extra (PSOE), dos medidas que en el fondo pagarían los ciudadanos de su bolsillo? ¿No es electoralismo exigir la equiparación Guardia Civil-Policía (Ciudadanos) sin explicar de qué partida presupuestaria se va a retraer el dinero necesario? ¿No es electoralismo prometer la subida del salario mínimo interprofesional a 1.000 euros (Podemos) sin explicar cómo se va a evitar que crezca entonces la precariedad laboral?

Que alguien me explique por qué el Gobierno no se explica.

Más en twitter: @javierfumero

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