Así fue la ‘Operación Nerea’

La amenaza terrorista en Nochevieja que no se contó

Un chivatazo alertó a la Policía de que una mujer planeaba atentar en la Puerta del Sol durante las campanadas. Fue detenida horas antes

La Puerta del Sol de Madrid, un 31 de diciembre.
La Puerta del Sol de Madrid el pasado 31 de diciembre.

Los cuerpos y fuerzas de seguridad europeas habían sido advertidos los días previos a Nochevieja: “El Estado Islámico planea atentar contra una gran capital en Fin de Año”. La Policía Nacional estaba preparada ante cualquier alerta, y ésta llegó el mismo día 31 de diciembre, y a pocas horas de una gran concentración de personas en la Puerta del Sol.


El Confidencial Digital ha podido conocer la existencia de una operación policial, realizada el día de Nochevieja, cuyo objetivo fue detener a una sospechosa que había anunciado que llevaría a cabo un ataque terrorista en la Puerta del Sol.

La llamada ‘Operación Nerea, que ha ocultado hasta hoy la Policía Nacional, acabó con la presunta yihadista en comisaría, realizando una declaración absolutamente inesperada para los agentes.

Un confidente policial da la señal de alarma

Todo empezó en la mañana del día 31. Un confidente policial de máxima fiabilidad y que colabora para la Comisaría General de Información y la Brigada Central de Información desde hace años, detectó en foros próximos al Daesh una serie de mensajes y comentarios de una joven que, a través de su perfil en una red social, anunciaba un plan para atentar en Madrid.

La chica aseguraba que sería ella misma una de las protagonistas de este ataque terrorista, que se llevaría a cabo horas después en la Puerta del Sol, con miles de personas celebrando el nuevo año en la plaza.

Esta fuente policial alertó enseguida a los servicios de información de la Policía Nacional, que se movilizaron para descubrir la identidad real de la sospechosa y su domicilio.

Detención a las dos de la tarde

En ese momento comenzó la ‘Operación Nerea’, nombre con el que se designó internamente al despliegue que se puso en marcha. Agentes de distintas unidades del Cuerpo Nacional fueron movilizados de inmediato. Recibieron instrucciones precisas de recabar el mayor número de datos posible sobre la presunta yihadista.

Las pesquisas se realizaron durante toda la mañana. Se fueron atando cabos, relacionando pistas y el trabajo dio resultado. Pronto se tuvieron los nombres y apellidos de la sospechosa. También se logró dar con la dirección de su vivienda habitual. Se trazó un perfil de su vida social y detalles sobre su día a día: qué hacía, qué amistades tenía, con quién se juntaba...

Con toda esa información, se organizó un operativo integrado por agentes de operaciones especiales para llevar a cabo la detención de la sospechosa. La actuación se produjo con éxito a las dos de la tarde y la joven fue conducida a dependencias policiales.

“Todo ha sido una broma”

La presunta yihadista fue sometida a un intenso interrogatorio, en el que se le mostraron sus mensajes en redes sociales. También se le preguntó por su vinculación a redes de captación del Daesh y sobre la existencia de un plan para atentar esa misma noche en la Puerta del Sol de Madrid, tal y como ella misma había anunciado.

 

La reacción de la sospechosa sorprendió a los investigadores: la chica se derrumbó y aseguró que se había tratado de una broma. No había contactado con nadie próximo al Estado Islámico. No tenía ni armas ni infraestructura para realizar ningún tipo de ataque terrorista en la capital aprovechando las celebraciones de Nochevieja.

La declaración de la joven, unida a la investigación policial realizada durante toda esa mañana, confirmaron que la presunta yihadista no era más que una joven que se había dedicado a “poner tonterías en las redes sociales” que habían terminado en foros islamistas. Por ese motivo, se la puso en libertad esa misma tarde.

Existe cierta psicosis

Esta historia confirma, según las fuentes policiales consultadas, el actual “estado de psicosis” en el que se encuentran las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado sobre todo lo que tenga que ver con el terrorismo yihadista.

Tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil -tal y como se explicó en estas páginas- reciben diariamente unos cinco avisos sobre posibles terroristas islámicos en nuestro país. Todos se estudian y se investigan, a pesar de que, a priori, tengan poca consistencia.

En esta ocasión, la alerta policial fue mucho más grande, ya que la persona que había dado el aviso era una “fuente fiable” del Cuerpo Nacional. Además, las autoridades europeas habían advertido de riesgo de atentado en Fin de Año y existían mensajes creíbles que anunciaban un ataque terrorista en la Puerta del Sol.


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