Andalucía: Ensayo general

Juanma Moreno y Juan Marín.
Juanma Moreno y Juan Marín.

Quienes se las prometían muy felices con la desaparición del bipartidismo, están comprobando, en sus propias carnes, que la aparición de nuevos partidos complica la gobernabilidad, aún en la simpleza de reducirlo todo a derechas e izquierdas.

Decía mi abuela que “Dios da mocos a quien no tiene pañuelo”. Algo de eso les ocurre a nuestros políticos que batallan denodadamente por un puñado de votos y algunos escaños y, cuando sus expectativas se cumplen con más o menos generosidad, no saben muy bien qué hacer con votos y con escaños.

Le pasó a Ciudadanos en Cataluña; le está sufriendo Podemos en el Congreso de los Diputados y les ocurre, en Andalucía, al Partido Popular, a Ciudadanos y a Vox.

Quienes se las prometían muy felices con la desaparición del bipartidismo, están comprobando, en sus propias carnes, que la aparición de nuevas formaciones complica la gobernabilidad, aún en la simpleza de reducirlo todo a derechas e izquierdas.

Andalucía está siendo un ensayo general de lo que puede ocurrir en otras autonomías, en ayuntamientos y, por supuesto, tras unas elecciones generales. En las negociaciones no se ventila únicamente el gobierno andaluz sino que se están tomando posiciones para otros gobiernos autonómicos y municipales y para, en su día, el gobierno de la Nación.

Con independencia de las valoraciones cuantitativas de votos y escaños, lo que se está evidenciando, una vez más, es la falta de coherencia y hasta de cohesión, de eso que se ha dado en llamar las derechas.

“Las derechas” en España -ya desde los tiempos de Cánovas del Castillo y la Restauración- carece de ideología. La impronta del político malagueño sigue muy fresca y lo que se llaman derechas, siguen viviendo un pragmatismo exagerado que resulta pobre y, desde luego, está en franca desventaja frente a unas izquierdas con un inequívoco sello marxista, por más que su cacareado europeísmo, les obligue a una cierta moderación.

Si en Andalucía el Partido Socialista y Podemos hubieran sumado los escaños suficientes, a estas horas, ya habría gobierno en San Telmo. Por el contrario, Ciudadanos, el Partido Popular y Vox andan enzarzados en planteamientos pseudoideológicos que -supuesto que va habrá gobierno de Moreno Bonilla- solamente conducen a un debilitamiento de sus protagonistas y de sus formaciones.

Pero como muchas de las jugadas de ese partido se juegan fuera de Andalucía, todo vale para el laboratorio y para el tubo de ensayo.

 

Y sobre todo para ir calibrando hasta dónde va a “tragar” el otro.

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