Un Antonov y un Ilyushin rusos sobrevolaron España rumbo a Venezuela para asistir a unas maniobras militares

Inquietud en ámbitos del Ejército del Aire por la falta de información sobre los riesgos del material militar que transportaban en su bodega

Un Antonov An-124 de la Fuerza Aérea rusa.
Un Antonov An-124 de la Fuerza Aérea rusa.

Nos estamos preparando para defender a Venezuela cuando sea necesario”. Así anunciaba esta semana el ministro de Defensa venezolano el inicio de una serie de maniobras de las fuerzas aéreas del país, en las que también participan aeronaves militares rusas.

Los ejercicios se producen menos de una semana después de la visita oficial de Nicolás Maduro a Rusia, donde firmó con Vladimir Putin una serie de acuerdos estratégicos.

Los medios afines al gobierno venezolano retrasmitieron en directo la llegada a una base militar de dos bombarderos estratégicos Tupolev Tu-160. Los llamados ‘Cisnes Blancos’ son uno de los aviones más potentes fabricados hasta el momento y una de las principales plataformas que tiene Rusia para misiones que requieran el empleo de armamento nuclear.

Además, acompañándoles, la Fuerza Aérea rusa desplegó en Venezuela dos aviones de transporte de grandes proporciones: un Antonov An-124 –una de las aeronaves de carga más grandes del mundo- y un Ilyushin Il-62.

Desde Santoña hasta Doñana

Según ha sabido ECD, estos dos aviones de carga sobrevolaron España durante su ruta hacia Venezuela. Ocurrió el pasado domingo. En torno a las siete de la tarde, el Antonov An-124, con matrícula RA-82035 y código de vuelo  RFF8345, entraba en territorio español en la vertical de Santoña (Cantabria).

De ahí, cruzó la Península a unos 800 kilómetros por hora y a una altitud de 28.000 piés hasta salir por la vertical del Parque Nacional de Doñana. Sobrevoló igualmente las Islas Canarias rumbo a Cabo Verde, desde donde daría posteriormente el salto hacia Venezuela.

Tres horas más tarde, en torno a las 10 de la noche del domingo, otro aparato de carga militar ruso –un Ilyushin Il-62, con matricula RA-86496 y código de vuelo RFF8347- tomó exactamente la misma ruta que el An-124.

Ambos aparatos partieron de la base militar rusa de Chkalovski, situada 30 kilómetros al norte de Moscú. Se trata de unas instalaciones estratégicas para la logística de la fuerza aérea de Rusia.  En los registros de vuelo de libre acceso no figuraba cuál era su destino.

Con permiso de España... pero preocupa su carga

Según explican fuentes militares a Confidencial Digital, las dos aeronaves disponían de permiso previo de sobrevuelo para transitar por la Península Ibérica, y estuvieron en todo momento bajo el radar del control de tráfico aéreo español.

 

Sin embargo, en círculos militares existe cierta inquietud por estos movimientos. Y es que, como recuerdan a ECD las fuentes consultadas, no existe ninguna certeza sobre cuál era la naturaleza de la carga que llevaban ambos aviones en sus bodegas rumbo a Venezuela.

El sobrevuelo de aeronaves militares extranjeras por territorio español está muy regulado. En el caso de Estados Unidos, por ejemplo, la solicitud oficial debe señalar el objetivo o misión de la aeronave, así como una declaración sobre la peligrosidad de su carga.

Según ha podido comprobar ECD, en los formularios de estas solicitudes debe especificarse si en la bodega viajan sustancias que presenten un peligro de explosión en masa, incendio, gases inflamables o tóxicos, peróxidos orgánicos, sustancias infecciosas, corrosivas y, por último, material radiactivo.

Al parecer, Rusia no habría declarado la presencia de material de ninguna de estas categorías en su solicitud. Algo que resulta extraño a las fuentes consultadas, ya que si la misión de las dos aeronaves era dar apoyo logístico a unas maniobras militares podría darse el caso de que estuviesen transportando armamento.

Los Tupolev sí fueron interceptados por la RAF

Al disponer de un permiso para sobrevolar España, ninguno de los aviones rusos de carga fueron interceptados o acompañados por cazas del Ejército del Aire. No ocurrió lo mismo ese mismo día en el Reino Unido con los bombarderos Tu-160.

Dos Tupolev partieron de una base rusa situada en el Mar del Norte y rodearon el continente rumbo al Atlántico. Su paso por el norte de Reino Unido -sin llegar a entrar en su espacio aéreo- provocó una misión de alerta temprana de la Royal Air Force británica. Dos Eurofighters de la RAF despegaron para interceptar a los dos cazabombarderos rusos.

Según informó posteriormente el Ministerio de Defensa británico, los dos cazas iban armados con misiles aire-aire de largo alcance Meteor, uno de los más avanzados de la actualidad y en cuyo diseño la industria española ha tenido un papel fundamental. Es la primera vez que la RAF utilizan estos misiles en una misión real.

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