Apertura de las Cortes: Irene Montero y Alberto Garzón no encuentran su escaño, Echenique ‘pasa’ de las hijas de los reyes

Gerardo Pisarello, primer secretario de la Mesa del Congreso, no asistió a la sesión. Felipe VI reclamó “acuerdos” en el Parlamento más polarizado de la democracia

Felipe VI, la reina y sus hijas, en la apertura solemne de las Cortes en febrero de 2020.
Felipe VI, la reina y sus hijas, en la apertura solemne de las Cortes en febrero de 2020.

“España no puede ser de unos contra otros. España debe ser de todos y para todos”. El rey presidió la sesión solemne de apertura de la XIV Legislatura, con el primer Gobierno de coalición desde la II República, con varios ministros de Podemos sentados por primera vez en el banco azul y con el plante de los partidos independentistas.

Los representantes de Unidas Podemos fueron los primeros miembros del Gobierno en llegar al hemiciclo del Congreso de los Diputados.

Montero y Garzón no encontraban su escaño

Pero sólo Pablo Iglesias tenía claro el sillón que debía ocupar. Irene Montero, Yolanda Díaz y Alberto Garzón dudaban, miraban las pantallas para ver el nombre, pero estaban apagadas.

Mientras tanto, Montero optó por hacer tiempo saludando a sus diputados. Al igual que Díaz. Garzón se decantó por conversar con la bancada del PP. En los sitios reservados por Unidas Podemos había sillas vacías. No acudieron todos los diputados.

El desplante de un cargo institucional

Por ejemplo, faltaron representantes de los comunes. Gerardo Pisarello, primer secretario de la Mesa del Congreso, no asistió a la sesión.

Un desplante de un cargo institucional que, además, ha arremetido contra la institución: “Desde nuestras convicciones republicanas, no vamos a permitir que se intente dar a la Monarquía una función que constitucionalmente no le corresponde”.

Pablo Echenique, Jaume Asens, Sofía Castañón, Enrique Santiago o Antón Gómez Reino, principales dirigentes del grupo parlamentario de Unidas Podemos, no aplaudieron. En el besamanos, no pasó por alto que Echenique no saludó a la princesa Leonor ni a la infanta Sofía.

Un discurso de Felipe VI muy medido

El rey pronunció un discurso muy medido, en el que apeló a recuperar la confianza de los ciudadanos en sus instituciones. Reclamó “acuerdos” en el Congreso más polarizado y fragmentado de la actual etapa democrática, con 17 fuerzas políticas. “La esencia del parlamentarismo es el acuerdo”, subrayado.

“España no puede ser de unos contra otros; España debe ser de todos y para todos. Así lo ha querido la sociedad española desde hace más de 40 años. Así lo sigue queriendo y, sobre todo, así lo merece”, afirmó Felipe Vl ante los diputados y senadores.

 

Al discurso no asistieron los parlamentarios de JuntsxCat, Esquerra Republicana, CUP, BNG y EH Bildu.

Previamente, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, en la misma línea del rey, hizo un llamamiento al diálogo y al respeto a la diversidad y la tolerancia.

En un discurso sembrado de citas a sus antecesores como tercera autoridad del Estado, Batet declaró: “En el Parlamento no existe el enemigo. A cada diputado corresponde la representación de todos los ciudadanos (...)”. Y citando a Sófocles, añadió: “Como Hemón recuerda a Creonte “Sólo en un desierto podrás gobernar perfectamente en solitario”. Batet concluyó su intervención diciendo con voz serena: “Viva la Constitución y viva el Rey”, que fue contestado con un “viva” por un sector del hemiciclo.

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