Así espió BBVA a sus empleados para cazar al topo que filtraba a Confidencial Digital

El director de Comunicación pidió al ‘servicio de inteligencia’ del banco que rastreara correos con un redactor de ECD, ampliando la búsqueda a sus cuentas particulares

Correos entre directivos del BBVA sobre ECD.
Correos entre directivos del BBVA sobre ECD.

El BBVA espió a sus empleados en busca de topos que filtraran a la prensa. El banco examinó miles de correos electrónicos y llamadas salientes y entrantes de sus trabajadores para buscar comunicaciones con periodistas. Uno de los medios que fue objeto de esa vigilancia fue Confidencial Digital.

El diario El País desveló el pasado 15 de febrero que el objetivo del banco era interceptar conversaciones de empleados con periodistas para identificar al autor de las filtraciones de información sobre operaciones corporativas, decisiones o relevos en la cúpula de la entidad.

Constan correos de directivos que proporcionaban a Julio Corrochano, jefe de Seguridad del banco, listados de periodistas y sus números de móvil para que averiguara con quién hablaban.

Búsquedas incluso en cuentas particulares

Según ha podido comprobar Confidencial Digital, el director de Comunicación del Grupo BBVA, Paul García Tobin, pidió también al departamento de Global Forensics & Threat Intelligence, dedicado a investigaciones forenses e inteligencia de amenazas, que rastreara los correos relacionados con un redactor de ECD, incluyendo la búsqueda a sus cuentas particulares.

-- “Necesitamos por favor ver si este año ha habido mails dirigidos o recibidos desde la siguiente dirección: jafrauca@elconfidencialdigital.com”.

El 10 de noviembre de 2016, Tobin le hizo este encargo a Jorge Blanco Alcover, miembro del departamento de Global Forensics & Threat Intelligence. El director de Comunicación le pidió incluso que, “al ser un apellido tan extraño, no sé si también podríamos hacer una búsqueda por el apellido Frauca, por si tuviera un gmail o parecido”.

En el correo se informa también de estas pesquisas al jefe de Seguridad de BBVA, Julio Corrochano y al entonces director internacional de Seguridad Informática, Santiago Moral Rubio.

Un barrido de once meses por correos de ECD

Al día siguiente, el 11 de noviembre de 2016, el empleado del departamento de Global Forensics & Threat Intelligence del banco escribe al director de Comunicación y le dice: -- “Te envío en otro correo diferente el resultado de las búsquedas desde el 01/01/2016 hasta la fecha de correos a la cuenta jafrauca@elconfidencialdigital.com”.

Le añade, además, que están revisando “posibles cuentas personales (…) por si descubrimos alguna otra identidad digital de esta persona”.

 

Estas cadenas de correos son solo dos ejemplos de lo que, al menos entre 2016 y 2018, ocurrió en el BBVA: la vigilancia de los correos y teléfonos corporativos de los empleados para tratar de descubrir si había algún topo que filtrara información a la prensa.

Correos entre directivos del BBVA sobre ECD.

La práctica llegó a hacerse sistemática

Pero la práctica llegó a hacerse sistemática, según revela un correo dirigido a Tobin: “Si obtenemos algún resultado buscaremos posteriormente en los correos corporativos. Te avisaríamos si vemos algo relevante”, le anuncia el mismo empleado del departamento de Global Forensics & Threat Intelligence de BBVA.

El asunto del correo es “Comunicaciones del mes de noviembre” y en él queda claro que estos barridos se realizaban todos los meses con una lista de correos de periodistas.

En total, según reveló El País, se vigilaron las comunicaciones con más de una decena de periodistas de cuatro medios, además de ECD. Redactores del diario El País, Expansión, Cinco Días y El Confidencial.com.

La documentación que el BBVA entregó recientemente al juzgado que investiga la relación del banco con José Manuel Villarejo incluye hojas de Excel con largos listados de llamadas salientes y entrantes a númerosos de periodistas.

En estas puede leerse la hora de la llamada, la duración y la localización (latitud y longitud) del móvil corporativo. En otros archivos hay listados de correos electrónicos donde se deja constancia de remitente, receptor, hora del envío y de la recepción, otras personas en copia, asunto y si el correo ha sido abierto o no.

Se trata de información que detectó el análisis forense que el banco encargó a los despachos Garrigues y Uría y a PwC.

Las revelaciones de ECD durante el barrido

La revelación de estos mensajes pone de manifiesto que la existencia de uno o varios topos preocupaba en la cúpula de BBVA, según los correos encontrados en el informe forense, que muestran que se llega a dudar de personas del equipo de Comunicación.

En las fechas del barrido, Confidencial Digital había adelantado en exclusiva los ceses por sorpresa de la entonces jefa de Recursos Humanos, Donna DeAngelis, y el responsable de franquicias, Vicente Rodero, tras desavenencias con la cúpula del banco.

En el caso de DeAngelis, quien ocupaba el mando de Talent & Cultura -denominación con la que se conoce al departamento de Recursos Humanos del BBVA- abandonaba la entidad apenas un año después de llegar a su puesto de la mano de Carlos Torres.

Las fuentes consultadas por ECD destacaban entonces la “mala relación” que mantenía con sus subordinados, quienes venían protestando por el “minucioso control” implantado para evaluar su rendimiento.

Confidencial Digital reveló también por aquellas fechas los nervios entre directivos del banco ante una posible operación de la Guardia Civil en la sede central para requerir documentos relacionados con la denominada “lista Falciani” y con un posible blanqueo de capitales en el HSBC.

Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) habían visitado días antes la sede del Banco Nacional de París (BNP) en Madrid y la Ciudad Financiera del Banco Santander en Boadilla. Jordi Pujol Ferrusola había acusado a BBVA de colocar su dinero en paraísos fiscales.

Otra de las noticias que publicó ECD durante ese periodo fue el terremoto que provocó entre los empleados del banco en ‘La Vela’ y los destinados en las sucursales, el cálculo que lanzó el entonces consejero delegado y experto en banca digital, Carlos Torres, durante una entrevista en Bloomberg. Aseguró que a BBVA le sobraban nada menos que 2.800 oficinas.

No entendían un anuncio de este calado en prensa sin haberlo comunicado antes a la plantilla. En despachos de la competencia no daban crédito y algunos directivos bancarios, no sin cierta sorna, llegaron a calificarlo de “patinazo”, según pudo saber ECD.

El equipo de Comunicación de BBVA trató de matizar las palabras de su número dos: “No hay plan de reestructuración sobre la mesa. La cifra es un cálculo, una reflexión del consejero delegado”, insistían.

También se dio cuenta en aquellos meses de los problemas de aparcamiento en la nueva sede de Las Tablas, los embotellamientos que se registraban a diario porque cerca se encuentran las oficinas centrales de Telefónica o los problemas con los sistemas de domótica instalados en ‘La Vela’.

Asimismo, se contó que Zara había descartado instalarse frente a El Corte Inglés de Castellana para evitar el logo de BBVA. La Torre de Azca, ex sede del banco, luce las siglas de la entidad en lo alto del edificio y el contrato con el propietario GMP le permite mantener su rótulo durante 20 años. Amancio Ortega había mostrado interés por las plantas bajas del edificio.

El choque entre FG y Torres por Caruana

Años después, en alguna ocasión también se produjeron averiguaciones puntuales, como cuando Confidencial Digital reveló el choque entre el entonces presidente, Francisco González, y el consejero delegado, Carlos Torres, por el fichaje de Jaime Caruana.

El número dos reclamaba cambios en el consejo para ir conformando un equipo a su medida y FG optó por el nombramiento de ‘amigos’ suyos y afines. Caruana había impedido años antes el asalto de Sacyr al banco como gobernador del Banco de España.

Este es el correo electrónico sobre este asunto que una empleada del equipo de Comunicación, Esther Jiménez, envió en febrero de 2018 a Paul G. Tobin y a la directora de Comunicación Corporativa, Ana Ortas.

-- “José Antonio Frauca, elconfidencialdigital, dice que le cuentan que gente próxima a CTV (Carlos Torres Vila) le dice que el nombramiento de Caruana no ha sido bien encajado por CTV. Según le argumenta, aunque dijimos ayer que las cosas no han cambiado desde hace 10 días, el nombramiento de ayer no deja de calentar el debate sucesorio. CTV ve riesgo de que a Caruana se le incluye en el consejo como agradecimiento por los servicios prestados… (Asalto de Sacyr), y CTV venía reclamando que estos nombramientos pudieran ser más acordes con lo que él tiene pensado y estas propuestas (sobre todo Caruana) son más afines al presidente (FG). Cualquier comentario, me decís”.

Correos entre directivos del BBVA sobre ECD.

BBVA se ampara en la normativa interna

BBVA defiende que esta actuación está “amparada en la legalidad y en la propia normativa interna de la entidad, en la medida en que se trata de dispositivos de comunicación propiedad de BBVA y los listados se elaboran con información de la propia entidad”.

Añade que estas listas no suponen “irregularidad alguna” y subraya que “no se han localizado evidencias de que este mismo análisis hubiese sido encargado a Cenyt ni que Cenyt hubiese elaborado listados de llamadas como los generados por los servicios internos del banco, o cualesquiera otros”.

Pero no precisa si se siguen produciendo esos barridos mensuales, pero afirma que es “potestad” del banco hacerlos.

Espionaje ilegal de Villarejo a periodistas

En otra pieza de la macrocausa del caso Villarejo sí se han encontrado pruebas del espionaje ilegal del comisario a periodistas. En un informe policial remitido a la Audiencia Nacional se detalla el contenido de varios archivos localizados en los equipos informáticos del socio de Villarejo, Rafael Redondo.

En ellos se aprecia que consiguieron de manera ilegal el tráfico de llamadas de tres periodistas, entre ellos Íñigo de Barrón, corresponsal financiero de El País, en julio de 2016.

Las asociaciones de prensa condenan el espionaje

La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), una vez constatado que las investigaciones policiales sobre el espionaje a periodistas aparecen en el sumario del caso Villarejo/BBVA, han condenado de forma enérgica esta práctica que consideran “un ataque a la libertad de acceso a las fuentes y  que pone en riesgo la transparencia informativa”.

Han destacado la “especial gravedad” de esas intervenciones sobre correos y llamadas entre periodistas y empleados del banco, así como pinchazos de los teléfonos móviles, que se han realizado de forma sistemática durante cerca de una década, tal como refleja el sumario.

Para las asociaciones esta forma de actuar pone en riesgo la correcta relación entre empresas y medios de comunicación, así como el ejercicio de la libertad de expresión y el derecho a ser informado de todo ciudadano.

Con este tipo de actitudes, critican, se busca influir en la información que llega a lectores, inversores, accionistas y mercados, con el objetivo de sacar provecho para algunos directivos.

Las asociaciones profesionales han exigido a las compañías que respeten el trabajo de los periodistas y han subrayado que sus directores de comunicación deben mantenerse vigilantes para favorecer que la información que generan sea veraz y transparente. Confían también en que la Justicia y las autoridades supervisoras determinen las responsabilidades que puedan derivarse de este caso.

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