Por la boca… La desaparición de poderes

Montesquieu hablaba de la división de poderes como forma de equilibrio y de contrapeso que garantizara la democracia en los estados. Sánchez, pionero en tantas cosas, ha ido más allá y ha conseguido la desaparición del judicial, del legislativo y hasta del ejecutivo.

Cerrados por alarma el Congreso de los Diputados y el Senado; aherrojado el Judicial  y ausente el Ejecutivo, España es un estado más bien escasito de democracia y carente de cualquier control de la acción política.

 Ya lo ha dicho Iglesias en declaraciones a la televisión: “Tenemos un sistema democrático pero limitado por los poderes que ponen trabas a que la voluntad de la gente pueda expresarse”. Aseveración muy a tener en cuenta sobre todo cuando procede de un estajanovista manipulando y utilizando los medios de comunicación; pero en eso de que tenemos un sistema democrático -con los comunistas en el Gobierno- es evidente que exagera.

Montesquieu hablaba de la división de poderes como forma de equilibrio y de contrapeso que garantizara la democracia en los estados. Sánchez, pionero en tantas cosas, ha ido más allá y ha conseguido la desaparición del judicial, del legislativo y hasta del ejecutivo.

Sánchez siempre presume de innovaciones y de records constantes en la política española: El primero en conseguir un gobierno de coalición; el primero en llevar a los comunistas al Consejo de Ministros; el que más comparece en televisión; el que más reuniones hace con la autonomías; el que ha creado el término resiliencia y ha acuñado la filfa de la cogobernanza; el que más y mejor guarda los secretos de estado (por ejemplo los viajes en Falcon o las invitaciones veraniegas); el que más y mejor coloca a familiares y “basketamigos”;  el que más y mejor ningunea al Rey o el que más y mejor miente; el más resistente, según su hagiógrafo Redondo que afirma -parafraseando al Dúo Dinámico- que Sánchez resistirá…

Pero hay un record, una novedad por la que Sánchez pasará a la historia. No es que Sánchez practique la separación de poderes al estilo Montesquieu, es que, al mejor estilo totalitario, ha hecho desaparecer los poderes esenciales de toda democracia. Pero dónde se ha superado a si mismo ha sido en conseguir la desaparición del Ejecutivo.

 Nunca en la historia reciente de España ha habido un Gobierno más inoperante, más inane, más esfumado, más reacio a gobernar y más propicio a mirar para otro lado, que el socialcomunista que Sánchez e Iglesias gestaron hace un año y que solamente se dedica, full time, al alumbramiento de leyes de contenido exclusivamente ideológico.

La carcajada: Iglesias considera el exilio de Puigdemont  comparable con los exiliados republicanos durante el franquismo.

 
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