Por la boca… El mandato de los españoles

Estamos tan acostumbrados a que los políticos manipulen a su antojo los resultados electorales, que pocas cosas nos llaman la atención.

Ahora se ha puesto de moda el ‘mandato de las urnas’. ‘Los españoles han dicho o han dejado de decir’, es una fórmula, a todas luces falsa, para que cada político haga o intente hacer lo que más le conviene agarrándose a la coartada del mandato que ha recibido de los electores...

Y ya está bien de cuentos.

Los electores depositan su papeleta de forma individual y secreta y votan al partido que más les gusta, al candidato que mejor les cae, al programa con el que sus ideas parecen más afines, a lo que han votado siempre, a las izquierdas o a las derechas en virtud de lo que piensan etc. etc. Pero deducir de la votación de un individuo, de un solo individuo, que con su sufragio otorga un mandato a alguien para que haga esto o lo otro es una pura falacia.

Y lo del mandato lo escuchamos todos los días. Resulta que los españoles han ‘mandatado’ a un político para que lleve a buen puerto el cambio, que los españoles han votado a un partido para que haga un gobierno de progreso, que los españoles han votado un programa para que deshaga lo hecho…

Pero da la casualidad de que una elección democrática es aquello de un hombre un voto, nada más y nada menos. Que lo que las urnas ofrecen son resultados cuantitativos derivados de una simple suma de papeletas, que el que gana, gana porque ha tenido un mayor número de sufragios y el que ha perdido, pierde porque ha tenido menos votantes a su favor. Y nada más.

Lo otro son mentiras y tergiversaciones interesadas por quienes, ayunos de otros agarraderos, se sujetan a la brocha de inventar una intención en el votante que no existe más que en sus calenturientas y manipuladoras mentes.

 
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