Cae la demanda para ser socorrista un 30% por costes de formación de 1.500 euros

Los cursos se han encarecido por el aumento de las exigencias que están poniendo algunas comunidades autónomas como Cataluña y Galicia

Socorristas.
Socorristas en una playa.

Faltan socorristas y ya ha empezado la temporada de playas y piscinas. Los jóvenes que quieren dedicarse a esta profesión no lo tienen nada fácil. Los costes, las normas restrictivas que imponen algunas comunidades autónomas y las horas lectivas de los cursos de formación son las principales trabas. La demanda ha caído a cifras del 30%.

“Antes era un mes distribuido en fines de semana, y ahora es una formación de 4 meses de coste de 1.200 a 1.500 euros para trabajar dos meses de verano con un salario de 800 euros. Con la responsabilidad que tienen: salvar vidas” afirma Alberto García Sanz, director de la Escuela de Salvamento y Socorrismo.

Con la entrada en vigor de la normativa gallega, los cursos han pasado a tener un coste medio de 500 euros a más de 1.000.

Luis Miguel Pascual Gómez, profesor de la Asociación Española de Técnicos en Salvamento Acuático y Socorrismo, explica que el coste de la formación de socorristas se ha incrementado por “el aumento de las exigencias formativas de las comunidades autónomas en más de un 20%”.

Confidencial Digital ha sondeado a socorristas cuyo objetivo es “ganar algo de dinero en verano” pero que a la hora de la verdad se han encontrado con un salario de cinco o seis euros la hora. De esta manera, han terminado con un “título de relleno”.

Los socorristas piden una normativa estatal

¿Por qué no hay un reglamento a nivel estatal en el ámbito del socorrismo? “Pregunte a los políticos” responde Pascual Gómez.

La Asociación Española de Técnicos en Salvamento Acuático y Socorrismo lleva reclamando durante más de 25 años una normativa estatal y afirma que las competencias autonómicas “no facilitan” esta petición.

La realidad es que los jóvenes están perdiendo el interés por trabajar como socorristas. “La carga lectiva es bastante elevada. El salario no es muy alto, no llama la atención. 4 meses de formación para cobrar 900 euros en verano. Por esa carga lectiva, hago hostelería”, explica Alberto García, de la Escuela de Salvamento y Socorrismo.

“La disparidad normativa, los requisitos formativos crecientes con mayor coste, los salarios exiguos y las condiciones de trabajo precarias son algunas de las razones por las que el socorrismo se ha convertido en una profesión menos atractiva”, argumenta el profesor de Salvamento Acuático, Luis Miguel Pascual Gómez.

 

“Este año no se cubre la demanda en Cataluña”

Cataluña corre el riesgo de no cubrir este verano todas las plazas de socorristas debido a la Ley de 2015. Dicha normativa obliga a los socorristas a poseer un certificado de profesionalidad o un ciclo formativo de grado medio, además de estar inscritos en el Registro Oficial de Profesionales del Deporte de Cataluña (ROPEC).

“A pesar de que el socorrismo profesional no es una actividad deportiva, sino una profesión” puntualiza Pascual Gómez, que añade que “las condiciones del ROPEC han hecho que el número de personas que cumplen los requisitos para inscribirse no cubra ni de lejos la necesidad de socorristas que hay en Cataluña”.

Galicia también se quedó sin socorristas

Al igual que Cataluña, Galicia tiene normativas específicas. “El primer año en Galicia también se quedaron sin socorristas por pedir el grado medio de Salvamento y Socorrismo. No tenían, y por eso no se cubrieron todas las plazas” recuerda Javier Sanz, director de la escuela Alvisa Formación.

Ambas comunidades han prorrogado los plazos para evitar no contar con socorristas que no cumplan todos estos requisitos.

Que haya un socorrista en todos los espacios

Cada vez hay menos jóvenes inscritos a cursos de socorrismo, y muchos de ellos buscan esta formación para otros objetivos.

En Alvisa Formación han contado con un total de 900 alumnos en 2018 pero “muchos solo lo hacen para tener puntos para oposiciones como bomberos y otras fuerzas de seguridad del Estado, sin tener intención de trabajar de socorristas” añade Sanz.

La Escuela de Salvamento y Socorrismo muestra una postura clara ante esta situación: “Creemos que es más importante que haya un socorrista en todos los espacios que el hecho de tener normativas exigentes que imposibilite cubrir esas necesidades del sector”.

Y las sugerencias van más allá. García Sanz propone la creación de una “Dirección General de Seguridad Acuática como la DGT”.

Este organismo permitiría conocer el número de ahogados, que el socorrista se pueda formar de distintas maneras y que se lleve un control con un examen de la administración a nivel nacional porque, de lo contrario, “parece que en este sector vale todo”, concluye.

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