Javier Fumero

Los catalanes sabrán lo que hacen: yo no

Quim Torra, presidente de la Generlitat de Cataluña.
Quim Torra, presidente de la Generlitat de Cataluña.

El artículo pasó sin pena ni gloria pero lleva una carga de profundidad enorme. Lo publicó El País y se titulaba así: “La tensión política en Cataluña propicia el ‘sorpasso’ económico de Madrid sobre Barcelona”. Si tienen un momento, échenle un vistazo.

Se basa en un estudio de la London School of Economics (LSE) que explica con detalle, con cifras y datos, lo que ha provocado el circo independentista: un empobrecimiento sin precedentes de la región. Cataluña se desangra. 

El artículo empieza entrando de lleno en la polémica. No es por culpa del centralismo, ni por un trato discriminatorio en las inversiones. “Barcelona pierde competitividad por la falta de entendimiento entre sus instituciones”. Así de tajante.

El análisis, firmado por dos investigadores en Geografía Económica de la LSE, valora la situación de la capital de España donde no todo está bien pero gana por goleada a Cataluña en sintonía y entendimiento con sectores sociales, políticos y económicos, nacionales e internacionales.

El estudio incluye muchas tablas estadísticas y está elaborado tras realizar 91 entrevistas realizadas entre 2007 y 2019. Ofrece datos tan llamativos como los tres siguientes:

-- “La economía catalana era en 1975 un 25% superior a la de Madrid; en 2018, el PIB per capita de Cataluña ya era un 15% inferior al de la comunidad madrileña”. 

-- “Si la región metropolitana de Barcelona era el espacio más poblado de España en 1980, según el informe, hoy Madrid ya la supera con 6,45 millones de habitantes –frente a 4,75 millones que suman la ciudad condal y los municipios de su región más amplia”.

-- “La capital española atrajo entre 2010 y 2018 el 65% de las inversiones directas extranjeras, mientras que Cataluña no alcanzaba el 16%. A principios de la década de los ochenta, Cataluña recibía el 30% del total de las inversiones extranjeras”. Se cita como ejemplo la marcha de Nissan, comunicada recientemente.

Entiendo que una comparación de este estilo exige matices. Los incluye el artículo de El País, que añade voces con discrepancias. Habrá otros factores, ajenos al independentismo, que habrán influido en esta situación. Pero visto desde fuera, uno tiene la impresión de que ese empeño unilateral rupturista –por otro lado, imposible- mantiene obnubilados a los gobernantes catalanes desde hace años.

 

Ahora se acerca una nueva Diada, el próximo 11 de septiembre. Quim Torra anuncia pirotecnia abundante, mientras protagoniza una crisis de gobierno que es fiel reflejo de la crisis de identidad que atraviesa la antigua Convergencia. Están abriendo nuevas heridas dentro de la enorme llaga que lleva años supurando. Ellos sabrán lo que hacen: yo no.

Más en twitter: @javierfumero

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