Clases de salsa para los antidisturbios enviados a Cataluña
Los policías nacionales y guardias civiles desplazados desde el resto de España a Cataluña para reforzar el despliegue de seguridad ante la sentencia del Tribunal Supremo no están alojados en esta ocasión en barcos y ferrys como el famoso ‘Piolín’ de 2017.
Están repartidos en hoteles y en cuarteles e instalaciones oficiales, en mejores condiciones que en esos barcos, donde las quejas por la mala alimentación, por los camarotes y por el tedio se multiplicaron.
Durante el dispositivo de este año, hasta que se desplegaron especialmente en la madrugada de este lunes 14 de octubre en puntos sensibles como el Aeropuerto de El Prat y estaciones de tren, los agentes han tenido muchos momentos ‘muertos’ y poco que hacer: “Salir a correr, ir al gimnasio...”.
El Chivato ha podido saber que en uno de los hoteles en Cataluña en los que se alojan efectivos de las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional programaron recientemente una actividad, muy alejada de las funciones profesionales de los agentes, para quienes quisieran pasar un rato distrayéndose.
Se trataba de una clase de baile, concretamente de salsa. Todos los antidisturbios allí alojados podían apuntarse en la recepción del hotel a esa actividad para aprender a bailar salsa (nivel básico).
La actividad costaba diez euros, que incluían las sesiones y la participación en una fiesta por la noche.
Hasta ahora, apenas ha habido algunas manifestaciones independentistas delante de hoteles que alojan a policías nacionales y guardias civiles. Han sido mucho menos numerosas que las que hubo en 2017, por lo que han pasado más desapercibidas y no han provocado, hasta el momento, que los agentes de las Fuerzas de Seguridad tengan que ser reubicados en otros alojamientos.
