Las normas confidenciales de enfrentamiento para los vigilantes de los atuneros ordenan disparar a 1.000 metros y evitar el abordaje. La legítima defensa no está limitada

El manual de protección para los atuneros que faenan en el Índico consta de 27 páginas en las que se desarrollan aspectos relacionados con el trabajo en un buque, el comportamiento a bordo, la piratería en Somalia y con la seguridad. Se describen normas de enfrentamiento para los vigilantes y cómo evitar el abordaje.

El documento, en poder de El Confidencial Digital, y entregado por la empresa Segur Ibérica a los vigilantes que trabajan dando seguridad a los atuneros en Somalia consta de 27 páginas y tiene por título “Manual de protección para los atuneros que faenen en el Océano Índico y sus buques de apoyo (supply)”. Tiene carácter confidencial.

Contenido

Comienza con una definición de términos relacionados con la vida en el mar y la convivencia en el buque, como la nomenclatura, distancias reglamentarias, radares y comunicaciones. Analiza también la piratería en Somalia, su tradición y cómo ha evolucionado en los últimos años aumentando su capacidad en 2008 con los secuestros de varios barcos españoles.

Se aporta información sobre el armamento que tendrá cada equipo de protección y se reconoce que es imposible llevar en las primeras fases de la intervención las ametralladoras Browning de 12,7 mm tal y como ya contó ECDpinche aquí-.

El equipo de protección del buque “se comportará a todos los efectos como una unidad militar en la que el Jefe de Equipo asumirá el mando”. Tienen prohibido dedicarse a otras tareas en el barco que no sea la de prestar seguridad.

También se hacen “recomendaciones” al Capitán del barco para no ser interceptado. Una de las medidas propuestas es navegar de noche, cambiar de rumbo cada hora e intentar restringir al máximo las comunicaciones de radio y del sistema AIS.

El apartado número 7 recoge las “Normas de enfrentamiento” donde “el uso de la fuerza se limitará siempre al mínimo imprescindible para tratar de disuadir a los piratas y conseguir que abandonen su ataque”. Además “el derecho de autodefensa o legítima defensa no está limitado”.

Lo que deben evitar a toda costa los vigilantes es el abordaje y el secuestro del barco. Éstas son sus prioridades. Nada más detectar la aproximación de una embarcación sospechosa se debe actuar de forma coordinada con el Capitán.

Para este momento se describen cuatro pasos, en caso de que persevere en el abordaje:

 

-- Invitarle a que desista de su actitud transmitiéndole un mensaje (en inglés) en el que se le informa de que si no abandona se abrirá fuego contra él

-- Disparos de intimidación al aire

-- Se abre fuego por la proa a unos 1.000 metros de distancia (0,55 millas)

-- Se emplea toda la fuerza letal para evitar el abordaje a unos 600 metros (0,32 millas). En este momento toda la tripulación del barco no encargada de su seguridad deberá retirarse a la sala de máquinas y evitar su presencia en zonas que puedan suponer un riesgo para su integridad.

Por último se dice en el documento que habrá que elaborar un informe final al concluir la misión.

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