Confirmado: la falta de Gobierno está frenando la economía más de lo que parece

El turismo y el automóvil, dos sectores que no dejaron de crecer ni en lo peor de la crisis, registran ahora síntomas de ralentización. Inquietud en Moncloa

Pedro Sánchez y la ministra de Economía, Nadia Calviño.
Pedro Sánchez y la ministra de Economía, Nadia Calviño.

El Gobierno comienza a reconocer que la falta de Gobierno está afectando a la economía. Un escenario que le inquieta, más de lo que admite públicamente, y se basa en que el turismo y el automóvil han sido sectores que nunca han parado y que han funcionado por inercia pese a las turbulencias. Sin embargo, han dejado de hacerlo.

Por si esto fuera poco, la afiliación a la Seguridad Social ha confirmado esta semana una desaceleración intensa del empleo. El pasado agosto se registró la mayor destrucción de empleo en ese mes desde 2008. En el último trimestre, eliminando el efecto estacional se crearon menos de 50.000 puestos de trabajo.

En el primer trimestre del año se generaron casi 200.000. La causa del frenazo del empleo en España, principalmente, se atribuye a factores externos. La guerra comercial iniciada por Donald Trump en 2017 ha frenado en seco las exportaciones mundiales.

Dos sectores que han funcionado por inercia

Pero el turismo y la venta de automóviles, dos sectores que no han dejado de crecer ni en lo peor de la crisis, también están manifestando síntomas de ralentización. Y esos registros sí han hecho saltar las alarmas en Moncloa, según reconocen a Confidencial Digital fuentes de la cúpula económica del Gobierno.

No se pasa por alto que el turismo ha sido el sector que más empleo ha creado en la última década. Sin embargo, el Ejecutivo observa ahora con inquietud cómo comienza a arrojar los primeros datos negativos.

El volumen de visitantes que aterrizó en España durante el pasado mes de julio se redujo en un 1,3%. Supone ya el segundo verano consecutivo en el que el número de turistas decae.

En junio, el país recibió la visita de 8,8 millones de turistas internacionales, un 3,2% más que en el mismo mes de 2018, según los últimos datos actualizados de la Estadística de Movimientos Turísticos en Fronteras (Frontur).

Pero el principal país emisor, Reino Unido, está dejando de viajar a España. En junio nos visitaron un 5,3% menos de británicos y lo que va de año un 1,4% menos, con respecto a los mismos datos de un año anterior.

La competencia de otros destinos más baratos, como el norte de África, han contribuido a la tendencia. Pese a que su gasto se ha mantenido, cuando no ha ido al alza, las cifras totales de visitantes han ido a la baja: en julio de 2017 fueron 10,5 millones; en julio de 2019, 9,9 millones.

 

Es necesario mediar en los cierres de Ryanair

Es cierto que la posible recesión del Reino Unido y Alemania, nuestros principales clientes, y la depreciación de la lira turca, han entorpecido la llegada de turistas y del empleo en el sector.

Pero en la cúpula económica del Ejecutivo se empieza a analizar con “máxima preocupación” el golpe al sector turístico que están provocando los cierres de Ryanair. Una circunstancia que, según admiten a ECD fuentes gubernamentales, requiere la mediación de un Gobierno con plenas facultades para resolver el problema. Un escenario que ahora mismo no se da.

Y es que se tiene en cuenta que resulta improbable que el mercado británico y alemán se recuperen a corto plazo: la devaluación de la libra y el espectro del Brexit pueden suponer una losa permanente en el poder adquisitivo de los británicos, y los alemanes afrontan un retroceso económico aún más agudo que España.

Caída de las matriculaciones de coches

Junto al turismo, el automóvil ha sido otro de los sectores que más puestos de trabajo ha generado en España, incluso en los peores años de la crisis económica.

Ahora, la caída de las matriculaciones, directamente asociada al consumo, acaba de registrar una caída del 9,2% durante los ocho primeros meses del año, y un retroceso del 31% en el mes de agosto.

Se están vendiendo menos coches que en años anteriores. Los expertos afirman que entran en juego otros factores: por un lado, la entrada en vigor de las nuevas regulaciones en materia de emisiones contaminantes; por otro, un retroceso generalizado y global del sector.

Hay que destacar que la producción de coches en Alemania se ha desplomado hasta mínimos de 2009. Y los indicadores industriales adelantados anticipan que todo es susceptible de empeorar en los próximos meses.

Caos por la incertidumbre sobre el diésel

Así, el anuncio del Gobierno de que “el diésel tiene los días contados”, cuando la alternativa del coche eléctrico no es accesible por precio para el 90% de los españoles, también empieza a admitirse como un “grave error” en la cúpula económica del Ejecutivo.

Una situación que se agrava también ante la incapacidad del Gobierno de concretar las medidas para zanjar la incertidumbre por encontrarse en funciones.

Los vaivenes del PSOE respecto al futuro del automóvil en el documento entregado a Podemos en busca de su apoyo político para formar Gobierno, que le llevaron primero a volver a defender la prohibición de vender coches de motor de combustión en 2040 y luego, ante el revuelo causado, a eliminar el vocablo “prohibir” y dejarlo en “defender los vehículos de cero emisiones” no han evitado las críticas del sector de automoción ante el daño que este “ruido” genera a la industria.

La redacción original del documento socialista citaba expresamente la prohibición de vender coches con motores de gasóleo, gasolina y gas en 2040. Una propuesta considerada “irresponsable e incoherente” por el sector.

A la vista del fuego desatado, el PSOE suavizó la redacción pero el mal ya estaba hecho. En un momento delicado para la primera industria del país, con una caída de ventas del 30% en el último mes y cuando desde el sector se advierte de que las incertidumbres en torno al futuro del automóvil están provocando que los consumidores aplacen sus compras de coches, el Ejecutivo volvió a poner sobre la mesa su idea de prohibir las ventas de automóviles con motores de combustión a partir de 2040.

En un momento de ralentización económica, el consumidor aplaza su decisión de compra y, en consecuencia, a corto plazo siguen circulando por las carreteras españolas los coches más viejos y más contaminantes, con un efecto pernicioso para el medio ambiente y, además, implica reducir la producción en las fábricas lo que puede generar expedientes de regulación de empleo, despidos y paro.

La desaceleración más acusada desde 2011

España creció al 2,3% interanual durante el segundo trimestre de 2019, un ritmo tres décimas por debajo de su crecimiento en 2018 (2,6% interanual).

Pero si se echa la vista aún más atrás la tendencia es clara: la economía se expandió un 3,6% en 2015; un 3,2% en 2016; y un 3% en 2017. Por lo tanto, 2019 representa la desaceleración más acentuada desde 2011, cuando el país se encontraba sumido en una profunda crisis económica.

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