José Apezarena

¿Crees que Pablo Casado le puede ganar a Pedro Sánchez?

Pablo casado congreso PP
Pablo Casado en el congreso del PP

Cuando, el sábado, se desarrollaba la votación de los compromisarios del PP, una inteligente y conocida periodista me preguntó mi opinión en los pasillos del congreso: “Crees que Pablo Casado le puede ganar a Pedro Sánchez?”.

Porque, a la hora de elegir a uno de los dos candidatos, para muchos la cuestión de fondo era precisamente esa: ¿Votamos a una persona que pueda ganar elecciones, o bien optamos por alguien capaz de regenerar el partido?

De cara a unas elecciones generales, Soraya Sáenz de Santamaría era, sin duda, la mejor opción. Dada su experiencia en el Congreso de los Diputados y habiendo sido vicepresidenta del Gobierno, el suyo parecía un currículo mucho más adecuado. La propia candidata se presentó así durante su discurso a los compromisarios, como la persona capaz de ganar elecciones.

A esa trayectoria se añaden dos circunstancias más, aparentemente positivas: que ha sido portavoz del Gobierno durante años, lo cual le ha colocado como una de las políticas más conocidas del país; y que es mujer.

Soraya habría sido la primera mujer candidata a la presidencia del Gobierno, en un momento en que el feminismo anda claramente en alza. Ese viento de cola podría llevarla en volandas hasta La Moncloa.

Por cierto. Como inciso. A la vista de los comportamientos, los movimientos, los aplausos y las reacciones entre los compromisarios, pienso que, el sábado, las mujeres votaron más a Pablo Casado que a la ex vicepresidenta.

Lo cierto es que, para renovar y regenerar el partido, Soraya no era la más adecuada frente a Pablo Casado. También porque ella apenas ha tenido relación con el PP como tal: no ha estado en sus interioridades, no se ha trabajado a la militancia.

En eso era superior Pablo Casado, muy sintonizado con las bases porque se ha pateado España. Y también buen conocedor de los entresijos organizativos, por su trabajo en la mismísima sede de la calle Génova, en su condición de vicesecretario de Comunicación.

Finalmente, en el congreso extraordinario lo que primó fue el deseo de cambio. Pero, ¿cambiar qué? Cambiar la negativa deriva del partido estos últimos años.

 

Detrás del resultado del sábado se esconde, sin duda, el descontento y la perplejidad de muchos, muchos, afiliados y votantes, que creen que el PP ha perdido gran parte de sus señas identitarias. Gentes que  llevaban tiempo lamentando la situación de parálisis que veían en sus principales líderes.

Pero, sobre todo, el trasfondo de lo ocurrido es el terrible peso que a esos afiliados y votantes les ha ido causando el estigma de la corrupción en el PP.

El sábado votaron a Pablo Casado, sobre todo, porque durante demasiado tiempo se han sentido avergonzados, acogotados… por la corrupción.

Así que, con la elección, han buscado cerrar esa puerta. Pasar página y abrir un tiempo nuevo, con alguien que esté lo más alejado posible de tan sombría herencia.

Mirando a la historia, eso mismo ocurrió en el congreso del PSOE que eligió secretario general a José Luis Rodríguez frente al todopoderoso José Bono. Las bases, la militancia, querían “otro PSOE”, no el partido de la corrupción en que se había convertido.

En el PP, la renovación vendrá también con la apuesta por un líder en parámetros de edad y experiencia menos vinculados al pasado. Es, igualmente, la oportunidad de acabar con el “cementerio de elefantes” en que se había convertido la cúpula del partido y la sede de la calle Génova.

Pero vamos a la pregunta inicial. ¿Puede ganar Pablo Casado a Pedro Sánchez? Desde mi punto de vista, sí. Primero porque la campaña de las primarias, pero sobre todo el congreso del fin de semana, han provocado un evidente rearme moral en el PP, que ha salido crecido y movilizado para afrontar la tarea de la recuperación. Y de ganar elecciones.

Segundo, porque el perfil personal y la preparación del nuevo presidente son sólidos, como ha demostrado estas semanas, y como acreditó en sus discursos al plenario. Creo que en Pablo Casado hay mimbres de líder. Su intervención ante el pleno, antes de la votación, fue, en contenido (valiente, claro) y en tono, una pieza casi perfecta.

Otro inciso más, y pido disculpas por ello. Casi siempre, en los congresos suele ganar el que habla en último lugar. Es lo que le ocurrió también al ya citado José Luis Rodríguez Zapatero.

Retomando el hilo, Pablo Casado parece capaz de recuperar los millones de votos perdidos por el PP estos años, por ejemplo aglutinando sectores que se habían alejado hacia otros ámbitos. Mala noticia para Vox, por citar uno.

Y hay que hablar del voto joven. Esta es una sociedad nueva, más moderna, más joven, y Pablo Casado puede sintonizar con ella. Y contrarrestar el atractivo inicial que producen candidatos del perfil de Albert Rivera y Pablo Iglesias.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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