La Otra Cara del Covid-19

Cruces verdes que parpadean: farmacias españolas ‘contagiadas’, pero al pie del cañón

José María y Luis regentan dos farmacias en el centro de Madrid y Sevilla, respectivamente. Los dos han perdido más de un 80% de las ventas y andan estudiando cómo reorganizar la plantilla en la trastienda de sus boticas. Pero los dos representan el espíritu de la farmacia: dispensar salud muy cerca de los ciudadanos. Con dificultades de protección y en primera línea contra el coronavirus, mantienen encendidas sus cruces verdes en el viacrucis de la pandemia

Farmacia de Madrid
Farmacia de Madrid

Viernes, 13 de marzo. 19.55 horas.

            ¿Cómo vais en la farmacia?

            -Está siendo durísimo. Los distribuidores son unos mafiosos. Tenemos pedidos en tramitación requisados por orden de Sanidad.

            ¿Estáis desabastecidos de productos clave?

            -Yo estoy luchando por tener de todo, pero la crisis en China ha encarecido algunos productos y la gente que viene a la farmacia se cabrea por los precios. Mi prioridad es dar servicio, a pesar de las barbaridades que me están diciendo algunos de los usuarios. Se quejan, entre otras cosas, de que estas mascarillas antes costaban la mitad… ¡Claro, antes venían de China y ahora llegan desde Alemania!”.

Seis días después y un estado de alarma de por medio. Jueves, 19 de marzo. 12.16.

            ¿Cómo vais?

            -Tenemos problemas de suministro en los elementos básicos que el Gobierno ha recomendado a la población. Los mayoristas carecen de todo. Los laboratorios y otras empresas que los tienen han encarecido mucho los productos, y eso origina problemas con los precios. Los pedidos que estaba tramitando de mascarillas, alcohol y guantes de nitrilo me los han requisado.

            ¿Seguís siendo fuente de información para los ciudadanos?

 

            -Lo fuimos al principio de la pandemia, pero ya no. Los ciudadanos ahora saben más que nadie ante este panorama de saturación informativa. Sigue habiendo grandes cabreros con los precios mientras buscamos proveedores alternativos que nos permitan dar el mejor servicio, pero está siendo una misión difícil.

            ¿Cómo estáis los que atendéis la farmacia?

            -Yo estoy jodido. Las ventas han caído un 85%. Y seguramente tengamos que hacer un ERTE al 65% de la plantilla…

José María lidera una farmacia en el centro de Madrid. Casi pared con pared con la Puerta del Sol. Y aquí son todo nubes: los primeros días de la explosión del coronavirus fueron de jornadas maratonianas, de tensión, de ciudadanos con miedo que lo preguntaban todo, de desabastecimientos, de líos, de gritos en la cola de usuarios que pensaban que la subida de los precios eran negocio en tiempos de cólera… A primera línea de nuestras casas y en la trinchera en plena batalla contra el coronavirus, las cruces verdes de las farmacias siguen brillando con constancia, aunque parpadean como en disnea: ellos también son profesionales sanitarios que lo están dando todo. Incluso su salud. Incluso el presente y el futuro de sus cuentas.

José María y Luis regentan dos farmacias en Madrid y Sevilla, respectivamente. Los dos han perdido más de un 80% de las ventas y piensan en reestructurar la plantilla ante una crisis sin precedentes

Luis lleva tiempo al frente de una farmacia ubicada en una de las calles más céntricas y más turísticas de Sevilla. Zona de pocos vecinos y de muchos viandantes antes del confinamiento. Desde el principio carece de mascarillas y guantes. “Con el resto de medicamentos funcionamos con normalidad, mirando con lupa el abastecimiento de paracetamol. Aquí tenemos, pero sé que en otras farmacias están teniendo problemas”.

En esta farmacia con solera ubicada en el epicentro sevillano, “las ventas han caído un 80%” y “estamos pensando en cómo reestructurar la plantilla, porque todavía no está claro qué medidas podemos tomar. Nuestra obsesión es ofrecer un servicio de primera”. Entre la gente que acude a esta oficina de farmacia, Luis no ve tensiones. “La gente es comprensiva con nuestro trabajo y con la situación excepcional que vivimos”. Por si acaso, “yo mismo me adelanto a explicar algunas subidas de precios necesarias por las circunstancias. De todas formas, hemos decidido reducir los márgenes de ganancias establecidos, porque nos importa mucho no dar la más ligera impresión de que podamos enriquecernos con la pandemia”.

Guillermo pilota una farmacia en un barrio de Salamanca y coincide con sus colegas precedentes en que “no hay problema de desabastecimiento, al menos más del habitual, salvo de mascarillas y geles desinfectantes, que no nos sirven”. Con respecto a las medidas de protección de su propia seguridad, destaca que “las estamos improvisando como podemos. Algunos hemos puesto mamparas o láminas transparentes en los mostradores y hemos delimitado el espacio entre pacientes a una distancia de un metro y medio. También solemos lavarnos las manos constantemente, puesto que estamos en contacto con recetas, tarjeta y dinero de los pacientes, que son un foco de infección”. Su experiencia de estos días es que “los pacientes están reconociendo y valorando nuestro esfuerzo estos días, no así la Administración, ni Sanidad. Parece que se han olvidado de nosotros: ni envían medidas de protección ni nos tienen en cuenta como sanitarios”.

Guillermo, farmacéutico de Salamanca: “Los pacientes están reconocimiento y valorando nuestro esfuerzo, no así la Administración, que parece que se ha olvidado de nosotros”

En Italia, las cruces verdes encendidas son ya de los pocos síntomas de vida en las calles, con la ayuda y el peligro que conlleva seguir desde el arranque en primera línea frente al coronavirus. En España, José María y Luis son dos de los más de 50.000 farmacéuticos que ejercen en España en 22.071 farmacias. Entre todos ellos llegan al 99% de la población, un servicio que en esta pandemia se percibe más y mejor.

Además, en este país de grandes urbes y poblaciones que se vacían, 1.500 farmacias son para muchos municipios la única esperanza sanitaria a mano. Se trata de oficinas ubicadas en rincones sin centro de salud operativo con constancia. Rincones de una España viva y real para los que las farmacias son establecimientos de un valor social y sanitario extraordinario. En muchas de ellas hay un solo farmacéutico a pie de mostrador. ¿Y si enferma? ¿Y si se contagia? El Consejo General de Colegios de Farmacéuticos dice que asegurará la presencia de profesionales en esos lugares, pero “evitar la infección es prioritario y debe ser posible”.

Protección y flexibilidad

Jesús Aguilar es el presidente de este órgano que aglutina a todos los Colegios de Farmacéuticos de España y su teléfono estos días está que arde. En esta batalla en la que el Ministerio de Sanidad ha contado con ellos con matices, su voz lidera la situación de más de 80.000 personas, entre farmacéuticos y auxiliares sanitarios, que viven la guerra de un virus desde esos locales abiertos con luz verde, consejos personalizados, medicamentos a mano y recetas para nuestra salud.

Es la voz de esos farmacéuticos que también tienen miedo cuando alguien con síntomas llama al timbre. Por eso pide solo una cosa: “las mismas condiciones de protección de los profesionales sanitarios que están los hospitales, como se está haciendo en Francia y Reino Unido”. El resto de sus propuestas son más ofertas que demandas para quienes estos días están coordinando la acción contra esta crisis de salud pública desde el Ministerio de Sanidad. Por ejemplo: “Que se nos tenga en cuenta en los protocolos de actuación. No estamos recibiendo instrucciones por parte de la Administración”. O “poder realizar en las farmacias fórmulas magistrales para hacer geles hidroalcohólicos ante este escenario de escasez general, aunque sea difícil encontrar las materias primas podemos intentarlo. Nuestra idea es que la Administración establezca un precio de venta uniforme”.

Otro de los temas que están barajando desde el ‘centro de operaciones’ que coordina a las farmacias de España es “favorecer la asistencia farmacéutica a domicilio para pacientes más vulnerables” con la ayuda de personal voluntario u oenegés, sin incremento de los costes. Incluso se ofrecen a dispensar medicamentos de uso hospitalario para evitar que los pacientes que los necesiten tengan que pisar un hospital en estas circunstancias. Pero para todo eso hace falta más flexibilidad en la toma de decisiones.

Aguilar sí nota el respaldo social y la comprensión de los ciudadanos en las farmacias de España. De alguna manera, ve que los profesionales que representan están implícitos en el aplauso de las 20.00 de cada día. “Nosotros queremos ser esa luz verde que brilla, aunque seamos muy conscientes de las dificultades”.

Lunes, 23 de marzo. 16.38.

            José María, ¿cómo va la cosa?

            -Ahora mismo estamos negociando aplazamientos de pagos… A pesar de todo, merece la pena lo que estamos pasando si ayudamos a los demás. Nosotros también somos sanitarios por vocación. Seguimos.

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