La desolación en el PP: el ‘desfile’ de Vox por Génova, el pasillo a Casado y las corbatas de funeral

El líder del partido llegó a la sede “de los nervios”, sacó al torero Miguel Abellán para “lidiar semejante morlaco” y no se pudo seguir el recuento a través de laSexta

Pablo Casado valora los resultados del PP el 28-A.
Pablo Casado valora los resultados del PP el 28-A.

El PP fue el gran perdedor de las elecciones generales. Logró 66 escaños y ha perdido más de la mitad de los diputados en el Congreso, después de obtener 137 en 2016. El temor al peor resultado de la historia del partido era visible en las caras de los dirigentes antes incluso del comienzo del recuento.

Solo una decena de militantes acudieron este domingo a la sede de la calle Génova. Unos simpatizantes que, antes de las nueve de la noche, ya habían comenzado a abandonar los alrededores del edificio. Era el preludio de una de las noches más amargas que se recuerdan en el PP.

Casado llegó alrededor de las siete de la tarde al cuartel general de su partido y estuvo acompañado en todo momento por su mujer, Isabel Torres.

Su llegada a una hora tan temprana sorprendió a miembros de su equipo. Nadie le esperaba antes del cierre de los colegios electorales. “Pero no podía en casa con los nervios”, reveló a Confidencial Digital un dirigente de su máxima confianza.

En ese momento, los operarios todavía estaban ultimando los trabajos para habilitar el tradicional balcón en la primera planta de Génova 13, donde se han asomado para celebrar las victorias sus antecesores Mariano Rajoy y José María Aznar. Pablo Casado no pudo estrenarse esta vez.

Los primeros dirigentes del partido en presentarse en la sede fueron el secretario general, Teodoro García Egea, y el vicesecretario y responsable de la campaña, Javier Maroto, quien se ha quedado finalmente sin escaño en el Congreso.

Ambos comentaron que había que esperar a los resultados reales del escrutinio y que lo importante era si al final había una suma de gobierno de los partidos del centro derecha o si Pedro Sánchez podía seguir en La Moncloa con sus aliados de la moción de censura.

Acompañaron a Casado, en una noche complicada, toda la dirección popular: el secretario general, vicesecretarios y los principales candidatos de la lista de Madrid.

Siguieron el recuento desde la séptima planta, donde se encuentra el despacho del presidente. El candidato del PP se mantuvo “confiado” al comienzo del recuento, e incluso “tuvo que pedir tranquilidad a su equipo”, según explicaron a ECD fuentes conocedoras del ambiente que se vivió en el núcleo duro de Pablo Casado.

 

Transmitir una imagen de unidad

De lo que se trataba –admiten- era de dar una imagen de unidad si finalmente se confirmaban los malos augurios de los sondeos, que pronosticaban una pérdida de alrededor de 70 escaños, y la prácticamente imposibilidad de gobernar, ya que los escaños del PP, unidos a los de Ciudadanos y de Vox no alcanzaban la mayoría absoluta.

El PP pretendía que, si se esos datos se confirmaban, no hubiera ningún movimiento interno, pero sobre todo que no cunda ahora el desánimo en la formación.

Casado es consciente de que, en apenas un mes, tendrá que afrontar otras elecciones: las municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo, y no puede permitirse unos malos resultados y perder alguno de los gobiernos autonómicos que se juega: Castilla y León, Murcia, Rioja.

El líder de los populares sabe que necesita mantener parte del poder, para poder seguir adelante. Por el momento, ningún dirigente del PP se atrevió este domingo, ni tampoco en privado, a hablar de dimisiones.

“El liderazgo de Casado no está en discusión”, era el mensaje que repetían, a modo de consigna, todos los miembros del partido a los que se preguntaba por los resultados. La mayoría evitaba la autocrítica y responsabilizaba a Vox de la “leche” del PP por provocar la fragmentación del voto de centro derecha.

Sin valoraciones durante el escrutinio

La sala de prensa estuvo vacía de periodistas toda la noche. Teodoro García-Egea valoró el sondeo de GAD3 para RTVE, que anticipaba la “catástrofe”, poco después de las ocho y media de la tarde. A partir de entonces, nadie sabía cuándo se iban a producir las siguientes comparecencias de algún dirigente del partido.

Todos los informadores permanecieron a la espera de que se les comunicara alguna intervención, la mayoría en la segunda planta. Pero ningún miembro del PP salió ya después a valorar los resultados en corrillos informales. Alguno reconoció después que estaban encerrados en estado de shock. Ni el peor de los escenarios contemplaba esta debacle.

Solo la ex ministra Pilar del Castillo y el responsable económico del partido, Daniel Lacalle, charlaron con los periodistas unos minutos, pasadas ya las diez y media de la noche.

“Vuelve el plasma de Rajoy”

Además, hasta el último momento hubo dudas sobre qué haría Pablo Casado una vez finalizara el escrutinio.

Después de varias horas de especulaciones, portavoces de la formación confirmaron que el presidente comparecería ante los medios y quedaba descartado por completo el saludo a los militantes desde el balcón de la calle Génova, momento en el que pudo verse como los operarios comenzaban a desmontar el escenario en la calle. No había nada que celebrar, ni nadie con quien hacerlo. La calle estaba completamente vacía. No se llegó a cortar el tráfico en toda la noche.

Casado habló para los periodistas y los simpatizantes pero no dio opción a ninguna pregunta de la prensa. Una decisión que fue fuertemente criticada por los medios, que recordaron la época del plasma en el Partido Popular con Mariano Rajoy.

Además, los profesionales tuvieron que esperar durante más de media hora, bajo un calor sofocante, en una sala de prensa abarrotada de periodistas y militantes a que el líder del PP compareciera. Una circunstancia que incrementó las quejas.

Otros detalles que se vivieron en Génova

-- La valoración del maestro Abellán: el PP sacó al diestro a la puerta de la sede nada más comenzar el recuento. Los periodistas se arremolinaron en torno a él, pese a que no realizó un gran análisis de los sondeos. Pronto, la mayoría de los profesionales bromearon con la jugada: “Casado ha echado al ruedo a un torero para lidiar semejante morlaco”.

-- El ‘desfile’ de Vox por Génova: muchos de los simpatizantes de Vox que se dieron cita en Colón para celebrar la irrupción del partido en el Congreso pasaron antes por la sede de los populares, portando banderas de España y de la formación verde. Su comportamiento fue en todo momento respetuoso a su paso por el edificio del PP.

-- El pasillo a Casado: los dirigentes del partido hicieron pasillo al presidente cuando accedió a la sala de prensa y le dedicaron una ovación de más de un minuto.

-- Las corbatas de funeral: Pablo Casado, Teodoro García-Egea y Adolfo Suárez Illana aparecieron ante los medios con corbatas oscuras. Un color que, unido a su semblante serio, destacaba aún más los rostros de derrota de la plana mayor del partido.

-- El ambiente en la sede del PP durante el recuento de votos fue de caras largas. Los nervios entre los trabajadores de Génova fueron aumentando a lo largo de la noche. No dejaban de contar los escaños que obtendrían las formaciones de derechas y no perdían la esperanza de que el PP pudiera formar Gobierno. Con el avance del escrutinio, y la confirmación de los peores presagios, muchos comenzaron a temer por su puesto de trabajo.

-- El catering fue literalmente arrasado por los periodistas. Fue muy variado: se pudieron degustar pequeños sándwiches, bocaditos de jamón y queso, refrescos. No se sirvió alcohol. Fue suministrado por Viella Capellanes. En otras citas similares, el PP había recurrido al servicio del catering Mallorca. En cambio, los canapés preparados para el equipo de campaña quedaron intactos.

-- Un militante que acudió a la calle Génova vendía banderas de España… pero no consiguió colocar ni una. No se lo pensó dos veces y decidió bajar hasta la plaza de Colón, donde se congregaban los simpatizantes de Vox para probar mejor suerte.

-- “Menos mal que ha salido Montesinos”: los profesionales se preguntaban si Pablo Montesinos, hasta ahora periodista de Libertad Digital, había conseguido su escaño por Málaga. Una vez que confirmaron su entrada en el Congreso, comenzaron a aplaudir en la sala de prensa.

-- Para la noche electoral se acreditaron en Génova más de 275 personas y 115 medios nacionales e internacionales.

-- Y esta vez, al igual que en las elecciones del 20 de diciembre de 2015, tampoco pudo seguirse el escrutinio en las pantallas de la segunda planta a través de laSexta. No se emitió en esa sala el programa ‘Al rojo vivo’: objetivo La Moncloa’, presentado por Antonio García Ferreras.

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