El Ejército compra de urgencia batas, mascarillas y máquinas para test de coronavirus

Ha abierto un concurso para adquirir material destinado a proteger al personal que realice pruebas a los militares

Personal del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla.
Personal del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla.

Las Fuerzas Armadas ya han realizado actuaciones puntuales -por ejemplo, en Aragón- relacionadas con el coronavirus, como instalar alojamientos para temporeros y carpas de triaje en un hospital. Desde la ministra hacia abajo, todos los mandos señalan que los militares podrían ser activados en una ‘Operación Balmis II’ en apenas 24 horas si es necesario un despliegue potente como el de marzo.

Mientras tanto, la Sanidad Militar trata de prepararse por si se ha de enfrentar de nuevo a una epidemia extendida, que cause contagios entre los militares y que además sature sus hospitales.

Confidencial Digital ha consultado un contrato que el Mando de Apoyo Logístico del Ejército de Tierra (MALE) puso en marcha en el mes de julio, que declaró como de tramitación de emergencia, para adquirir “material de protección y detección” destinado sobre todo al Hospital General de la Defensa Orad y Gajias, en Zaragoza.

El expediente, denominado “OP Balmis HGD Material de protección y detección”, cuenta con un presupuesto de 1.319.863 euros, más impuestos.

Controlar que no haya un rebrote

En la documentación del contrato se indica que “las misiones desarrolladas por las Fuerzas Armadas en el marco de la Operación Balmis han supuesto que gran parte del personal participante haya estado expuesto al COVID-19. De igual forma el personal de la FAS en el periodo de nueva normalidad continúan sus cometidos habituales incluidos los que se realizan en el exterior del Territorio Nacional”.

Eso está obligando a llevar a cabo “un control sanitario del personal para detectar a los posibles infectados y realizar su preceptiva cuarentena para controlar que no se origine un rebrote de la enfermedad. Los dos principales métodos de diagnóstico que se están empleando son el análisis mediante la técnica PCR (para lo cual es preciso la toma de muestras nasofaringeas del personal), así como los test de anticuerpos”. Cabe recordar que estos documentos se aprobaron en torno al mes de junio.

También se especificaba que “el Hospital General de la Defensa (HGD) sigue siendo el principal centro de diagnóstico para el personal de las FAS. Para que el HGD continúe realizando sus cometidos, es necesario proveerles de este material diagnóstico”.

El Hospital General de la Defensa es el Orad y Gajias, situado en Zaragoza. Es el otro hospital militar que se mantiene en España, junto al Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, en Madrid.

Test de distintos tipos

Para ello, ha adquirido 150 unidades de los lotes Aliplex SARS-CoV-2-Assay SEEGENE, que incluyen 100 test. Cada lote cuesta 2.000 euros, lo que eleva el coste total a 300.000 euros.

 

Además, también incorpora 39 unidades de “StarMag 96X4 Viral DNA/RNA 200 C Kit 384 TEST”, a 2.304 euros cada uno, lo que hace un total de 89.856 euros.

Otros 82.500 euros van para comprar 33 kits de “Architect SAR-CoV-2 IgG REACTIVO”, que cuenta con 500 tests en cada kit. Cuesta cada uno 2.500 euros. A eso se añade calibradores y controladores necesarios para utilizar estos test de coronavirus.

Batas, buzos y mascarillas

“El personal sanitario que desarrolla la toma, manipulación y análisis de muestras debe de disponer del adecuado material de protección”, añade el Ejército de Tierra en los pliegos del contrato, y por ello adquiere distintos elementos de protección, “siendo imprescindibles las batas de aislamiento (impermeables y no impermeables), los buzos/monos de protección y las mascarillas autofiltrantes FFP2 y FFP3”.

Así que ha comprado 15.000 batas de aislamiento impermeables, de tallas M, X y XL, a 3,25 euros la unidad por un total de 48.750 euros. Otras 135.000 batas de aislamiento más baratas, a 2,75 cada una, suman 371.250 euros.

Hay que sumar otros 111.600 euros para comprar 18.000 buzos protectores Biozard con capucha “CIII tipo 5b y 6b”.

Un total de 100.200 mascarillas autofiltrantes tipo FFP2, a 2,50 euros de precio unitario, salen por 250.500 euros.

Ha quedado desierto, por no haber optado ninguna empresa, un lote de mascarillas tipo “1863 + aura particulate Resp FFP3”, que no llevan válvula de exhalación. Se habían presupuestado 62.500 euros.

“Incremento notable de casos” si no llega material

Además de la referencia anterior al Hospital General de la Defensa, en Zaragoza, en la documentación de esta macrocompra de material anti-Covid se indica que “el material que se pretende adquirir con el presente contrato de suministro es necesario de forma urgente para su inmediata distribución a diferentes Unidades de las Fuerzas Armadas”.

Según el Mando de Apoyo Logístico del Ejército de Tierra, “las Unidades receptoras de este material lo precisan para su empleo inmediato”.

Parte del material “va encaminado al control de ciertos parámetros fisiológicos que coadyuva a la detección del posible personal afectado por el COVID-19”, y esa detección temprana “permite aislar al citado personal y de esta forma controlar la expansión de la pandemia.

La otra parte del material “es imprescindible para la recuperación sanitaria del personal afectado que deba de ser ingresado en instalaciones sanitarias de las Fuerzas Armadas”. El Ejército subraya que “la falta de los mismos ocasionaría un incremento notable de casos de COVID 19 en el personal de las Fuerzas Armadas y repercutiría negativamente en la recuperación del personal afectado”.

Las carencias de la ‘Operación Balmis’

Hay que señalar que durante la ‘Operación Balmis’, entre marzo y junio, las quejas más recurrentes entre los militares desplegados eran que no tenían material de protección suficiente -mascarillas, buzos, guantes...-, y que no se les hacían test a los contactos de los positivos, a quienes tenían síntomas o a militares muy expuestos a potenciales focos, por falta de reservas.

De ahí que el contrato que puso en marcha el Mando de Apoyo Logístico del Ejército de Tierra -que deberá ejecutarse en apenas un mes- vaya destinado a cubrir esos dos flancos, especialmente en el Hospital General de la Defensa de Zaragoza, pero también en otras unidades militares.

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