El Déjà vu

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez
Mariano Rajoy y Pedro Sánchez

“La política española aparece atrapada en el tiempo de 2016”. Escribe Lucia Méndez en su columna de El Mundo. Y es que el axioma: si no se aprende de la historia, los pueblos se ven obligados a repetirla, se cumple con bastante más frecuencia de la que pensamos. Y en ese caer y levantarse, es como el hombre va incrementando su conocimiento y en consecuencia progresando.

Es un déjà vu curioso y puede que hasta excepcional, ya que no es soñado, ni sentido, sino totalmente vivido. Con un personaje central: Pedro Sánchez; pero con los papeles cambiados, y con una cifra exacta 123. Los mismos diputados que el partido que ganó en la anterior ocasión. Si sumamos los diputados de segundo partido en las anteriores elecciones con el del quinto que ha irrumpido como novedad. ¿Qué nos da?: 90. ¡Bingo! Podríamos aventurar que si fuéramos a unas nuevas elecciones podemos encontrarnos con un partido ganador con ¡137 diputados!; y el siguiente con ¡85! ¿Qué diríamos o pensaríamos entonces?

Dicen algunos expertos que las matemáticas rigen el mundo. Lo anterior es pura matemática. ¿Casualidad? O algo, o alguien: ¿qué quiere decirnos?

Sigamos especulando. Puede que ese alguien nos esté poniendo en un momento histórico para nuestra nación; como nos puso en el siglo XV.

En primer lugar a los españoles:

No se puede gobernar una nación en democracia con el multipartidismo. Puede haber sí varios partidos, pero han de existir dos grandes que hagan cabeza. Y sí, que se alternen. Puede desaparecer uno de los grandes, pero ha de ser sustituido por otro del mismo tamaño. Y eso es cada vez más difícil, porque en esencia a la política, que tiene que gobernar y quiere gobernar a una sociedad multicultural, le queda menos margen para diferenciar a unos partidos de otros. Y la diferencia será más en la gestión que en la ideología. Salvo que volvamos a las monarquías absolutistas o las dictaduras. Esto dará para un tratado.

En segundo lugar a los partidos:

Se llenan algunos la boca con el diálogo, pero no hacen más que meter el dedo en el ojo del adversario. Y aquí siento decirlo “la izquierda”, es especialista en el tema. No voy a poner ejemplos pero los tenemos diariamente. Menos dialogo, y más aprender a negociar para llegar a acuerdos sólidos, que es mejor que llamarles pactos.

Y para ello la primera pregunta es: ¿cuál es el objetivo para llegar a acuerdos en este momento?: La Gobernación de España. En consecuencia la siguiente pregunta es: que necesita España, no mañana, hoy.

 

Para contestar a estas preguntas hay que, dada la situación, olvidarse de los objetivos partidistas y personales, y pensar en el objetivo común.

Una vez contestadas, sigamos con las matemáticas: 123+66+57= 246. Nos sale que hay 123 + 123. Se pueden añadir 2+2. Cantabria y Navarra. Total 250. ¿Tenemos idea de lo que significaría?

Objetivo: Serenar España y darle una estabilidad que no tiene.

Mejorar, no reformar.

Darle al Senado el carácter territorial para el que fue creado.

Tener autoridad y capacidad de ejercerla sobre las Autonomías

Cumplir y hacer cumplir la Constitución.

……………….

Una vez fortalecido el Estado y por lo tanto la nación; dada la situación en Europa podría España liderar la UE y fortalecer las relaciones con Hispanoamérica y los países Árabes.

¿Es soñar? Puede ser. Pero la historia y los grandes hechos y gestas, fueron consecuencia de hacer realidad los sueños.

J. R. Pablos

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