El fracaso Julen
Tengo que decirlo, aunque a muchos no les guste y con ello camine contracorriente. Sentimentalismos aparte, pienso que la operación para el rescate del pequeño Julen es un fracaso. Un fiasco como sociedad y como país.
Que más de una semana larga después de la desaparición del chaval, todavía no se le haya encontrado, me parece impresentable en un país con la capacidad tecnológica y los medios que reúne España, una de las naciones más avanzadas del Planeta.
No me atrevo a señalar directamente a los posibles responsables, pero creo que han fallado muchos resortes y no pocas personas. No se ha acertado en el diagnóstico del problema, ni en los medios que había que poner, y se ha hecho todo tarde, muy tarde.
De entrada, se tardó demasiado en reaccionar, demasiado en poner medios apropiados, perdiendo un tiempo precioso en el que estaba jugándose la supervivencia de Julen.
Muy pronto, a los dos días de la desaparición del pequeño, el alcalde de Totalán se mostró muy descontento "con el diagnóstico inicial" que había hecho el operativo, y denunció que no se habían canalizado los recursos humanos y materiales necesarios para llevar a cabo el rescate.
El edil, Miguel Escaño, declaró: "Existen medios, hay infrarrojos, hay georadar y muchas cosas por hacer y no se ha hecho nada". Y contó que, por su cuenta, sin la autorización de nadie, había contactado con una empresa europea que ya estaba en camino hacia Málaga. ¿Tenía que ocurrírsele al alcalde y hacer él la gestión?
Llegó tarde el georadar, llegó muy tarde la gran máquina de perforación, que además se atascó en las carreteras. ¿Nadie supo el tamaño y peso del camión ni el ancho de las rutas, como para haber tomado medidas que lo resolvieran?
Las previsiones y análisis de los geólogos no acertaron a prever los inconvenientes graves en el terreno para realizar unos túneles, que, de esa forma, se han eternizado. Demasiadas demoras.
En el intento de búsqueda de Julen se han dejado la piel muchas personas, que han trabajado con una generosidad innegable. Es cierto. Y ha habido numerosas muestras de solidaridad y de dolor. Que son muy de agradecer. Pero el fracaso en el rescate es innegable.
Sigo sin poder admitir que España haya sido, sea, un país incapaz de resolver el problema que se planteó hace ahora nueve días. ¡Nueve días ya!
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