A los cuatro médicos y dos enfermeras imputados por homicidio imprudente de un recién nacido: se negaron a hacerle la cesárea a la madre

El Juzgado de Instrucción de Arenys de Mar (Barcelona) ha imputado por homicidio por imprudencia profesional a cuatro médicos y dos enfermeras por la muerte de un recién nacido en el Hospital de Calella el pasado 16 de agosto, han confirmado hoy fuentes judiciales. Los hechos tuvieron lugar la madrugada del 16 de agosto, cuando después de más de quince horas de hospitalización, Vanesa F.S. dio a luz a un bebé que murió pocos minutos después. El parto fue por cesárea pero, según denuncia la familia, los médicos intentaron que el parto fuera natural a pesar de que había informes médicos del CAP de Canet de Mar que lo desaconsejaban. La familia de la niña fallecida asegura que los profesionales se resistieron durante horas a practicar la cesárea a la parturienta, pese a que los médicos que habían hecho el seguimiento del embarazo ya había advertido de que no podría tener un parto vaginal porque el bebé tenía macrosomía o crecimiento excesivo. Guindilla a los cuatro profesionales por esta presunta negligencia.

 

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