Javier Fumero

Enganchados del paracaídas en aquella farola quedamos todos

El paracaidista choca con una farola en el desfile de la Fiesta Nacional.
El paracaidista choca con una farola en el desfile de la Fiesta Nacional.

Me ha parecido percibir un singular movimiento de solidaridad hacia el cabo primero Luis Fernando Pozo, el paracaidista de la BRIPAC que el pasado martes se lanzó en Madrid desde un avión para aterrizar con una bandera de España en el Paseo de la Castellana, delante de la tribuna de los reyes.

Como todo el mundo sabe, la maniobra no salió bien. Por causas que se desconocen, el protagonista acabó enganchado malamente en una farola y tuvo que ser rescatado por un vehículo articulado.

Felipe VI, la reina Letizia y sus hijas, se volcaron inmediatamente con el soldado. Aplaudieron a rabiar mientras permanecía atrapado en altura, como para quitarle hierro al asunto. Después fueron a charla con él. También se acercaron Pedro Sánchez, Margarita Robles (que le dio un abrazo) y el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, que saludaron y animaron al paracaidista, que pareció emocionado, cercano a las lágrimas.

Después, un rápido repaso a las redes sociales afloró ese sentimiento generalizado que describo más arriba. Salvo algunas excepciones –desde ámbitos catalanistas, por ejemplo, se hizo burla de lo sucedido- los españoles se posicionaron junto al afectado. Todos nos sentimos entonces un poco como el cabo Pozo.

Detrás de este movimiento de solidaridad hay algo muy noble y digno. Es la constatación de la vida misma: ese itinerario frágil y precario donde no todo nos sale bien. En nuestro día a día –en el trabajo, en las relaciones sociales, en nuestro tiempo de ocio, en casa con la familia- tocamos habitualmente la indigencia.

No todo lo que nos proponemos y entrenamos nos sale como programamos. Ponemos mucho interés y echamos muchas horas incluso. Sin embargo, muchas veces querer no es poder. Al menos, no siempre. En esos momentos uno agradece sentirse comprendido, acompañado, no ser juzgado con demasiada dureza.

La Brigada “Almogávares” VI de Paracaidistas (de la BRIPAC) ha abierto una investigación sobre el incidente. Está bien. Es lo que corresponde. Se trata de averiguar qué sucedió para evitar que se vuelva a repetir.

Pero me reconcilia con el género humano saber que, paralelamente, se ha organizado una espontánea campaña de recogida de firmas para que Luis Fernando Pozo vuelva a ser seleccionado para este mismo salto en el desfile de la Fiesta Nacional del 12 de octubre del año que viene.

No todo está perdido. Al contrario.

 

Más en twitter: @javierfumero

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