José Apezarena

¿Es que alguien quiere arreglar lo de RTVE?

Sede de RTVE.
Sede de RTVE.

Recuerdo que, hace unos años, acudí a La Moncloa para hablar con el entonces vicepresidente del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos. Y que uno de los temas abordados fue el problema de Radiotelevisión Española.

En aquel momento, la cuestión más grave era la enorme deuda que había acumulado la televisión pública, un entidad mastodóntica y gestionada al margen de cualquier criterio de racionalidad. ¡Como pagaba el Estado!

Desde el ente y desde los sindicatos se reclamaba entones al Gobierno que solucionara el agujero económico, mediante la inyección de los fondos necesarios, con el fin de poner a cero las cuentas.

Durante la conversación, Álvarez Cascos se mostró rotundo en la negativa. No estaba dispuesto a meter un duro más en RTVE, ni siquiera para garantizar la continuidad de la gestión en el día a día, mientras no se aplicara un estricto plan de recortes, que permitiera la viabilidad de la casa.

Su argumento era bastante elemental. Hasta que no se resuelvan los problemas estructurales, que son los que habían provocado el agujero, no tenía ningún sentido llevar a cero los balances porque, como las causas no estaban eliminadas, pronto volvería a producirse un nuevo déficit. Y así año tras año. Hasta que volvieran a reclamar al Gobierno un nueva inyección económica. Era un espiral que no tenía fin.

RTVE plantea hoy muchos problemas. Uno de ellos, por supuesto, asegurar la independencia respecto de los políticos, y singularmente del Gobierno de turno. De este, del anterior y del siguiente.

Porque, si es el Gobierno quien asegura la supervivencia económica de la corporación, ese Gobierno tendrá muy fácil imponer condiciones a los gestores (y a los sindicatos) a cambio de abrir la mano con las necesarias ayudas estatales, vía Presupuestos del Estado o por cualquier otro procedimiento. Es decir, no resulta posible la neutralidad.

Así pues, el primer paso para asegurar la anhelada independencia es precisamente racionalizar costes, recortar lo que sobra, adelgazar estructuras… y procurar así una mínima rentabilidad. Si no, siempre estará en manos del correspondiente ministerio, de Moncloa, de Vicepresidencia del Gobierno, de Presidencia…

Por tanto, uno de los requisitos elementales que debe reunir el futuro presidente de la Corporación, cuya designación se va a dirimir estas semanas a través del concurso convocado, es que esa persona, además de un currículo de acreditada trayectoria en medios de comunicación, tenga experiencia en gestión de empresas (haber dirigido medios o tener un máster en una escuela de negocios).

 

Según fuentes del grupo de expertos que va a tomar la decisión, “no debería sentarse en el Consejo de RTVE alguien que no sepa interpretar un balance económico”.

Los expertos que van a evaluar currículos y entrevistar a los candidatos a presidente de RTVE no lo van a tener fácil. Algunos de ellos afirman también que no van a recibir ‘consejos’ de nadie.

Con esos planteamientos, es decir, no injerencias externas y búsqueda de un gestor suficientemente capacitado, parece que el grupo de expertos sí quiere resolver el problema de RTVE.

¿Lo van a conseguir?

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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