España frena el plan de Europa de convertir Canarias, Ceuta y Melilla en una gran ‘reserva’ de inmigrantes

Bruselas buscaba concentrarlos en esos territorios para cortarles el acceso al resto del continente. La salida ha sido distribuir por toda la Península a los desplazados procedentes de África

Un grupo de los inmigrantes que saltaron la valla de Ceuta.
Un grupo de los inmigrantes que saltaron la valla de Ceuta.

España se ha enfrentado en las últimas horas a una seria amenaza procedente de la Unión Europea. El Gobierno venía descartando el traslado de inmigrantes desde Canarias a la Península. Una posición que fue aprovechada por países del norte de Europa para promover que Canarias, Ceuta y Melilla se convirtieran en una gran ‘reserva’ de inmigrantes ilegales.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, había insistido en descartar el traslado de inmigrantes desde Canarias a la Península, como habían solicitado las autoridades insulares y también sus socios de Unidas Podemos.

Una posibilidad que también había sido rechazada rotundamente en público por los ministros de Inclusión, José Luis Escrivá, y de Transportes, José Luis Ábalos.

Viraje en la posición de España

Sin embargo, Pedro Sánchez comenzó a defender, en la comparecencia que protagonizó el pasado domingo en el Palacio de la Moncloa, “la solidaridad de toda España con los migrantes en Canarias”.

El presidente del Gobierno abrió la puerta, por primera vez, a distribuir por toda la Península a los desplazados procedentes de África, apoyándose en la amplia red de Centros de Internamiento de Extranjeros (CIEs) con los que cuenta España.

Este viraje en la posición del Ejecutivo español, según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes europeas conocedoras de los contactos de los últimos días entre Moncloa y la Comisión Europea, responde a una “seria amenaza” procedente de Bruselas, que ha colocado a España en un escenario “tremendamente delicado”.

Aseguran que el anuncio rotundo del ministro del Interior provocó que países del norte y del este de Europa vieran en esa posición del Ejecutivo de Pedro Sánchez una oportunidad para convertir no solo Canarias, sino también Ceuta y Melilla, en “grandes CIEs europeos”.

Era la forma más sencilla de que los migrantes procedentes de África no siguieran camino al norte de Europa. El plan era retenerlos ahí, concentrarlos en esos territorios españoles, para impedir el acceso al resto del continente.

Una gran ‘reserva’ de inmigrantes

El movimiento de algunos países europeos “asustó” en Moncloa ante la posibilidad de que todo el archipiélago y las dos ciudades autónomas pudieran llegar a convertirse en sedes de acogida masiva, es decir, en tres grandes ‘reservas’ permanentes de inmigrantes.

 

De ahí que el Gobierno de Pedro Sánchez se haya visto obligado a recular en su postura inicial sobre la inmigración ante el riesgo de que “se le volviera en contra”.

En Presidencia reconocen a ECD que en el equipo del presidente inquietó enormemente la información que recibió sobre el proyecto que comenzaba a gestarse en Europa para que Canarias, Ceuta y Melilla se convirtiesen en un nuevo Lesbos (Grecia) o Lampedusa (Italia), que ya sirvieron como escudo del continente europeo frente a los flujos migratorios tradicionales y de refugiados en el Mediterráneo.

Hay que recordar que Bruselas ha defendido en alguna ocasión, aunque nunca de forma oficial, que el Gobierno griego debía dejar a los refugiados bloqueados en islas como Lesbos, Kos o Samos.

Marlaska ha sorprendido a Europa

Desde el Ministerio del Interior se argumentaba hasta hace unos días que el traslado de migrantes desde Canarias hacia la Península podía favorecer el “efecto llamada”, cuando el objetivo es “evitar vías de entrada irregular a Europa” y no sería visto con buenos ojos por la Unión Europea.

Grande-Marlaska llegó a afirmar que no trasladaba a la Península a los migrantes bloqueados en Canarias por “las políticas migratorias, que son del conjunto de la Unión Europea y no sólo de España”.

Dio a entender así que la decisión de que los migrantes permanecieran en Canarias hasta que fueran deportados o se tramiten sus papeles se debía a una política europea.

Horas después, un portavoz de la Comisión Europea se apresuró a matizar sus palabras, señalando que no hay regulación europea que impida que un país organice traslados de migrantes dentro de su territorio.

El Pacto Migratorio Europeo que la Comisión Europea presentó después del verano y que está en discusión va un poco más allá pero sigue sin entrar en competencias nacionales. El brazo ejecutivo de la Unión Europea no puede proponer legislación que se salga de lo que los tratados consideran competencias europeas.

Distribución por toda la Península

Fuentes del Gobierno a las que ha tenido acceso Confidencial Digital confirman que la amenaza de los países del norte y el este de Europa de convertir a Canarias, Ceuta y Melilla en “los CIEs de toda Europa” ha provocado el cambio de posición de España en las últimas horas.

Sánchez defendió el pasado domingo activar las políticas de solidaridad en todo el país ante la llegada masiva de inmigrantes ilegales a las islas, así como las relativas a la repatriación a los países con los que existen convenios. También lanzó un mensaje inequívoco de lucha contra las mafias que trafican con seres humanos.

En el Ejecutivo se da por hecho que el flujo migratorio va a continuar, se recuerda que países de tránsito como Marruecos u otros del norte de África están sufriendo también la presión de otros subsaharianos y se destaca que la crisis se enmarca en una pandemia que ha cerrado fronteras en países de tránsito y, por tanto, dificulta las políticas de repatriación.

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