España pide a Trump que suavice los aranceles a cambio de una rebaja de impuestos a Google, Amazon y Facebook

El Gobierno se ha negado a elevar el gasto militar como hicieron Italia y Grecia, pero está dispuesto a modular la presión fiscal sobre las multinacionales estadounidenses

Google.
Google.

España se prepara para una guerra comercial que ya no se limita a las declaraciones cruzadas entre China y EEUU, a propósito de la tecnología, sino que se extiende como una plaga que amenaza al campo español. Pero el Gobierno ofrecerá a Trump rebajar la presión fiscal sobre las empresas estadounidenses a cambio de que suavice los aranceles.

“No queremos una guerra comercial con EEUU, pero, si la inician, vamos a contestar y defendernos con todas nuestras armas”, afirmó hace unas semanas Luis Planas, ministro en funciones de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Hasta entonces, la respuesta del Ejecutivo español se había limitado a convocar al embajador de EE.UU. en Madrid, Richard Duke, para transmitirle el “rechazo frontal” de España a las medidas anunciadas. La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, también calificó de “inaceptables” las sanciones planteadas

Conversaciones discretas con EE.UU.

Pues bien. Confidencial Digital ha podido saber ahora, por altos cargos del Gobierno, que el Ministerio de Agricultura “se ha puesto las pilas” después de que Italia y Grecia tomaran la delantera a España y lograran no ver tan afectados por las tasas de EE.UU. tras ofrecer a cambio a Donald Trump más gasto en Defensa y uso de bases militares.

Tal y cómo se contó en ECD hace unas semanas, el Gobierno de Pedro Sánchez ha llegado tarde. Lo ha fiado todo a Europa para enfrentarse a la guerra por los aranceles de Trump y ha salido mal, frente a Italia y Grecia, que ya lo habían negociado antes con Washington y han conseguido que su aceite quede fuera. Son, junto a España, los dos grandes productores de Europa.

España se niega a elevar el gasto militar…

Según las fuentes diplomáticas consultadas por ECD, el Ejecutivo español conoce que la Administración norteamericana ha puesto a España como ejemplo de lo que Europa no debe hacer en materia de gasto militar.

Sin embargo, fuentes del Gobierno replican que “sólo ocho de los 28 países de la OTAN invierten más de un 2% en Defensa”. Alemania como mucho invierte un 1,3%, dependiendo de cómo se hagan los cálculos. España se sitúa en un 1%.

Pero los perjudiciales aranceles contra el aceite y la aceituna se mantienen en respuesta, sobre todo, a las tasas digitales que se preparan en el continente europeo.

En la Casa Blanca rechazan los planes fiscales, como el del Gobierno de Pedro Sánchez, de aprobar un impuesto sobre determinados servicios digitales proporcionados por las grandes multinacionales tecnológicas, ya que la mayoría de ellas son empresas estadounidenses. Es el caso de Google, Amazon, Facebook y Apple.

 

… pero se abre a dejar morir la ‘tasa Google’

Pese a que públicamente defiende la ‘tasa Google’, Pedro Sánchez tiene decidido dar marcha atrás para evitar las represalias de Trump. Francia, el único país que había aprobado un impuesto a las empresas digitales -la UE lo aparcó por la falta de consenso entre los Estados miembros-, reculó el pasado verano.

España lleva varios meses planteándose dejar morir el impuesto a las grandes tecnológicas sin retirarlo, tal y cómo se contó en ECD. Se tiene en cuenta que, a día de hoy, el impuesto digital ni siquiera ha comenzado a recorrer el camino legislativo.

Lo hizo a finales del último mandato socialista, pero el rechazo del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2019, el adelanto de las generales al 28 de abril y la nueva convocatoria electoral para el próximo 10 de noviembre han provocado que el correspondiente proyecto de ley tenga que volver a la casilla de salida.

En Moncloa se cuenta con que, en caso de que se forme Gobierno en el primer trimestre de 2020, el nuevo impuesto tardará al menos seis meses en tramitarse tras entrar en el Congreso de los Diputados. Es decir, que la tasa no entraría en vigor hasta prácticamente finales del año que viene.

Con estos plazos, el impuesto consensuado en la OCDE se adelantará al español. El organismo ha anunciado que, durante el primer semestre de 2020, la comunidad internacional podrá suscribir un acuerdo “negociado” sobre una ‘tasa Google’ acorde con las “necesidades de la economía del siglo XXI”.

Pese a ello, el Gobierno confirmó hace unas semanas que seguirá adelante con su propósito de aprobar un impuesto sobre determinados servicios digitales, la llamada ‘tasa Google’, pero reconoció al mismo tiempo que está dispuesto a modificarlo y armonizarlo con el del resto de países de la OCDE, cuando estos decidan implantar uno común.

 “El Gobierno sigue firme en su voluntad de impulsar este impuesto y evidentemente cuando se apruebe una normativa común lo adaptará como hace con otras figuras fiscales”, afirmó la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero.

Italia y Grecia, beneficiadas a costa de España

Por el momento, el sector más castigado en España es el mundo agroalimentario, y los productos más perjudicados el aceite de oliva, las aceitunas, los productos porcinos, los vinos y licores, quesos, yogures y mantequilla, entre otros.

Actualmente, el mercado nacional exporta cada año a EE.UU. 2.000 millones de euros en esta categoría de bienes. En concreto, vino y aceite por valor de más de 700 millones de euros: 405 millones en aceite de oliva y 299 en vino, según el ICEX.

En el caso del aceite de oliva, existe una circunstancia añadida: que los recargos van a beneficiar a otros grandes productores europeos que figuran en la lista de EE.UU.

Los grandes productores de aceite de la UE

Grecia e Italia son, por este orden, los otros dos grandes productores de aceite de Europa, junto a España. Y también exportan aceituna. Ninguno de los dos figura en la lista de aranceles que hacen referencia a estos productos, aunque sí les afecta en otros.

En el caso de Italia, se les penalizan las ventas de quesos y licores, por ejemplo, pero no las de aceite. En el caso de Grecia, los aranceles pesan sobre sus quesos, yogures o mermeladas.

Por lo tanto, si los aranceles entran en vigor, y las ventas españolas de aceite y aceituna caen, los mercados italianos y griegos se verán directamente beneficiados.

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