Javier Fumero

España también es esto: algo más que idiotas irresponsables

Coronavirus
Algunas actitudes de estos días dan a pie a pensar que quizás se den las condiciones para que podamos salir de esta crisis a golpe de magnanimidad, unión y solidaridad

Esta crisis del coronavirus está sirviendo para retratarnos a todos. Nos sitúa frente a nosotros mismos, que no es poco. Y al colocarnos ante una situación extrema, queda fuera cualquier artificio, engaño o postizo. Las poses se descascarillan y queda a la luz el verdadero material del que estamos hechos.

Yo soy optimista. Me gustan bastantes cosas que veo por ahí y hasta me atrevería a hacer un elenco de gestos dignos de mención protagonizados por ciudadanos anónimos. Allá va:

-- El jueves por la noche, un avión procedente de China llegó a Italia con más de 30 toneladas de suministros médicos y un equipo de profesionales médicos del país asiático a bordo, listos para contribuir, con su experiencia y apoyo, y ayudar a Italia a combatir el Covid-19.

-- Kike Sarasola y Abel Matutes anunciaron a finales de la semana pasada que ofrecían sus hoteles. Sarasola ha puesto a disposición sus dos centros de la cadena hotelera Room Mate en Madrid para tareas sanitarias.

Matutes ha ofrecido el Gran Hotel Colón, situado frente al Hospital Gregorio Marañón de Madrid, de la cadena Ayre Hoteles, para que se convierta en centro médico durante el tiempo que sea necesario. El Corte Inglés y Hoteles Palladium también han cedido otro edificio de la capital.

-- Un buen puñado de jóvenes de diversas partes de España se han ofrecido en su edificio para salir a comprar cada día a los vecinos más ancianos que deben permanecer en casa. Un ejemplo es este cartel pegado en el cristal de un portal: “Hacemos la compra a las personas mayores que no puedan salir a la calle. Avisadnos e iremos por las mañanas. Sin ánimo de lucro. Firmado: los vecinos del 4ºB. (y se añaden los nombres).

-- Una juez que tiene mucha fama en Twitter por sus comentarios sobre temas jurídicos escribió esto el pasado viernes: “El otro día una chica se ofreció altruistamente a cuidar a mis peques mientras no tenga cole. Hoy, otra me ha ofrecido su casa por si debo dormir en Huesca por la guardia. Eso es sororidad, lo demás son gilipolleces”.

-- Otro mensaje visto en una red social junto a la foto de una chica con mascarilla, guantes y traje impermeable: “Esta es mi hermana #PaulaPescador lleva 28 horas sin descansar, en el laboratorio de microbiología del Gregorio Marañón. Tiene dos niños de 3 años y 10 meses. Me ha dicho ‘tengo que hacer todo lo que pueda y aquí seguiré’. Gracias, hermana”.

-- Ha habido lista de espera para donar sangre en La Paz. Los madrileños no son solo esos idiotas que se han ido a la playa. Madrid es más que eso. El sábado las autoridades difundieron este mensaje: “No se necesitan más donaciones de sangre en Madrid. La respuesta de los ciudadanos ha sido masiva y, por el momento, el Centro de Transfusión de Madrid no puede hacer más acopio de donaciones”.

 

-- Otro aviso de este fin de semana: “Familias españolas. Ahora vienen tiempos jodidos con despidos, menos ingresos y coles cerrados (para los que tengáis hijos). No paséis vergüenza para decir que no podéis comprar comida. Decidlo bien alto. Que los que estemos cerca podamos echar una mano. Ayudémonos entre vecinos”.

Alguien me replicará que también se están viendo estos días algunos comportamientos mezquinos. Gente que se quiere aprovechar de los demás, hacer negocio, mercadear con el dolor, sacar rédito político o subir en la escala social. Es verdad.

Pero actitudes como las descritas más arriba dan a pie a pensar que quizás se den las condiciones para que podamos salir de esta crisis a golpe de magnanimidad, unión y solidaridad. Vamos a verlo.

Más en twitter: @javierfumero

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