¿A qué esperamos para pedir ayuda a Rusia en la lucha contra el coronavirus?

Equipo sanitario frente al coronavirus
Equipo sanitario frente al coronavirus

Llevo varios años viajando a Rusia, participando como profesor universitario español activamente en Forums internacionales sobre Economía de primer nivel organizados por la Universidad Financiera de Moscú, y he podido constatar las mentiras que se dicen en los medios de comunicación occidentales, y en particular muchos de los españoles, sobre ese Gran País.

Toda la clase política representativa en España y gran parte de la mediática odia a Rusia, y no hay razones que lo justifiquen porque nos encontramos ante un Pueblo tan occidental como el Español, porque tengámoslo presente, Rusia es la III Roma, heredera de la tradición romano-bizantina que nos legaron nuestros comunes antepasados, y tan cristiano como el nuestro, pertenecientes a una Iglesia con la que ya estamos tardando en reunificarnos.

Pero los prejuicios y las incomprensiones se han instalado entre nuestros dirigentes, que viven de espaldas a la realidad actual de Rusia y sobre todo su enorme potencialidad y las sinergias geoestratégicas que podría tener con un polo hispánico canalizado por España y que vertebrara los cientos de millones de personas que compartimos un mismo corazón y lengua.

La última vez que estuve en Rusia fue testigo de la amistad ruso – italiana, tanto a nivel de la Universidad precitada como de la Embajada italiana en Moscú, a la que fuimos invitados a una recepción diplomática los representantes italianos y españoles que asistimos al último Forum universitario que tuvo lugar en el mes de Noviembre del año pasado, así como me llamó la atención la cantidad de negocios italianos, tiendas y restaurantes, que jalonaban las calles de una ciudad tan cosmopolita, vitalista y pujante como Moscú.

Es evidente que hay unas relaciones económicas, políticas y diplomáticas extraordinarias entre ambos países, que se traducen en que ahora Rusia ha enviado multitud de gigantescos aviones medicalizados a Italia en apoyo a la lucha contra el Coronavirus, una lucha que es terriblemente incierta, y que también golpeará con dureza al Gigante ruso, pero ello no significa que Rusia se enroque en su propio egoísmo, que es precisamente lo que están haciendo nuestros presuntos aliados de la Unión Europea y de la OTAN, sino que lo que está haciendo es abrir sus brazos y enviar toda su ayuda a quien humildemente se lo pide.

Y tanto es así que ya podemos ver en youtube los vídeos de los convoyes militares rusos atravesando el Norte de Italia con sus banderas desplegadas, en los lugares donde más azota el Coronavirus a sus habitantes, o fotografías en las redes sociales donde se ven altos Oficiales de ambos Ejércitos trabajando coordinadamente en planes de lucha contra el enemigo común.

Hace un par de años tuve la ocasión de desayunar en la Universidad Financiera de Moscú con un responsable de primer nivel de la Universidad de la Capital de Armenia, Nación de origen cristiano como la nuestra, y nunca olvidaré sus palabras: “Rusia nunca abandona a sus Aliados”.

Ante el abandono que España está sufriendo por parte de la OTAN y de la Unión Europea, solicito públicamente que España rectifique todas sus políticas hacia Rusia, se desentienda de las sanciones comerciales europeas hacia Rusia, saque sus soldados de las repúblicas bálticas, y que los traiga a España, que España saque a la mayor parte de sus soldados de todas las operaciones internacionales donde están por mandato de la OTAN, la Unión Europea o la ONU en lugares que no sean esenciales para nuestra propia seguridad nacional, y los traiga a España, que España, por medio de los conductos diplomáticos oportunos, contacte con las autoridades rusas, militares y sanitarias, y trate de conseguir toda la ayuda que pueda, especialmente los equipos de protección individual y los respiradores, así como cualquier material necesario, porque ya vemos cómo nos ha ido yendo a los mercados internacionales a comprar material o a solicitar cualquier tipo de ayuda; nos han dado con la puerta en las narices. 

Los españoles se están muriendo a miles, especialmente los de más avanzada edad, y ya estamos viendo los resultados de nuestros reclamos de ayuda hacia nuestros “presuntos” aliados; es hora de pedir a Rusia una ayuda humanitaria tan necesaria como justificada.

 

No será una humillación. Será la posibilidad de encontrar un Aliado que no da la espalda en situaciones difíciles. Que se lo digan a Armenia y a Italia.

Y a Rusia siempre le vendrá bien tener un Aliado como España, con lo que ha representado en la Historia y lo que podrá volver a representar si somos inteligentes y cortamos los lazos actuales de servidumbre hacia quien ni nos ayuda ni nos respeta.

 

Guillermo Rocafort

Doctor en Economía y Profesor Universitario

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