Cómo evitar que un viaje con niños en coche sea un martirio

Las vacaciones son el momento para desconectar y disfrutar del descanso estacional. Sin embargo, los desplazamientos familiares en coche pueden llegar a ser más estresantes que el peor día de oficina. Para evitarlo, existen varias medidas que harán el viaje más fácil y ameno.

Cómo hacer que un viaje en coche con niños no sea un suplicio.
Cómo hacer que un viaje en coche con niños no sea un suplicio.

Lo primero y más importante es la planificación. Siempre que se pueda hay que evitar los días de desplazamientos masivos. Si no hay más remedio que viajar en ellos, merece la pena sacrificar unas pocas horas de sueño y salir antes para evitar atascos y aglomeraciones.

Además, madrugar tiene otra gran ventaja: los niños, en general, dormirán durante las primeras horas de trayecto. Por supuesto, también hay que aprovechar las siestas de éstos. Quizá no proporcionen tanta diversión como los juegos con ellos, pero la tranquilidad está asegurada.

Una vez emprendido el viaje, existen multitud de actividades para mantener entretenidos a los más pequeños. Pueden ser divididas en dos grandes grupos: las más tradicionales y las tecnológicas.

Los pasatiempos de toda la vida son tan efectivos como las novedades electrónicas, si no más. Aquí cabe de todo; el único límite es la creatividad e imaginación de los pasajeros. Algunos de los juegos más socorridos son el veo, veo, las palabras encadenadas, los trabalenguas, las adivinanzas...

También son muy populares los cuadernos coloreables, los cánticos conjuntos o el relato de cuentos. Hay que tener cuidado con estos últimos: aunque la lectura es muy saludable, no lo es tanto cuando se lleva a cabo en el coche, puesto que puede producir mareos.

Otra opción es la tecnológica, cada vez más popular y al alcance de la mano. Reproductores de DVD o de mp3, cuentos en audio, consolas como la PSP, ordenadores portátiles... En este terreno ganan fuerza los móviles de última generación, que ofrecen todas esas posibilidades en un solo dispositivo.

Los expertos recomiendan hacer una parada cada dos horas para que los niños descansen y tomen el aire. Puede que sea tentador reducir la frecuencia de estos altos en el camino para así llegar antes al destino, pero el viaje, aunque más corto, también será más espinoso si los pequeños están excesivamente nerviosos.

Por último, hay que conocer las predisposiciones de los niños. Si tienen tendencia al mareo, no es conveniente que realicen ninguna actividad como leer, ver películas o jugar a videojuegos. El más propenso a padecerlo debe sentarse en el asiento central, y tomar medicamentos preventivos como la Biodramina.

 

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