Después de la bronca, Feijóo se autodesmiente
Dos meses y medio después de ganar a Soraya Sáenz de Santamaría el congreso nacional extraordinario, Pablo Casado trata de consolidarse como líder del PP tras los 15 años de Mariano Rajoy, y de presentarse como la alternativa a Pedro Sánchez.
Con Sáenz de Santamaría fuera de la política, por ahora no se discute su liderazgo. Sin embargo, hace unos días concedió una entrevista el que para muchos era el sucesor deseado de Rajoy: Alberto Núñez Feijóo.
El presidente de la Xunta habló de su infancia, de su mujer y de su hijo, de las incomodidades de ser un rostro conocido... Y también hizo referencia a por qué no dio el salto a Madrid para liderar el PP. Una referencia breve, casi de pasada, pero algo sorprendente.
“Yo renuncié porque quiero acabar mi mandato como presidente de Galicia [...] Es verdad que durante unos 10 días valoré la posibilidad de dar el salto a presidir el partido, pero lamentablemente no puedo embarcarme en esa singladura: todo lo que soy en política se lo debo exclusivamente a los gallegos”, explicó Núñez Feijóo.
¿Por qué sorprende esta reflexión? Porque, tal y como se contó en estas páginas, Feijóo aprovechó el congreso nacional extraordinario del PP, celebrado en Madrid en julio, para decir, de forma rotunda, a los periodistas que cubren la actividad política del partido en medios de la capital que todos los “movimientos” que se le habían atribuido para presentarse a la sucesión de Rajoy no eran sino invenciones de los periodistas.
Explicó, con ironía pero también con cierto enfado, que bastaba con que hubiera todas sus declaraciones en medios regionales para entender que él no se marcharía a Madrid en mitad de la legislatura autonómica, que termina en 2020. Insistió en que en ningún momento se planteó suceder a Mariano Rajoy cuando dejó la política tras perder la moción de censura.
“Todos los periódicos de Galicia entendieron mis palabras, pero los periodistas de Madrid no”, remachó Feijóo. Unas palabras que se contradicen con lo declarado por él mismo a El Mundo, auto desmintiéndose al decir que durante 10 días sí se lo planteó.
