“¿La Fiscalía de quién depende? Pues ya está...”
La frase fue pronunciada –muchos lo recordarán- por el mismísimo Pedro Sánchez durante una entrevista en Radio Nacional de España realizada en noviembre del año pasado.
Al ser preguntado aquel día sobre cómo iba a cumplir su promesa de traer de vuelta a España al ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, para ponerlo a disposición de la justicia española, el presidente contestó asegurando que el Ejecutivo tenía instrumentos: “¿La Fiscalía de quién depende?” –“depende del Gobierno”, completó el periodista- “Pues ya está…”.
La sentencia le perseguirá toda la vida y saldrá a relucir cada vez que el Ministerio Público, encabezado por la ex ministra de Justicia Dolores Delgado, se pronuncie. Como acaba de suceder.
La Fiscalía General del Estado acaba de pedir que no se investiguen las responsabilidades del Gobierno en la gestión de la pandemia y se archiven las veinte querellas que se han presentado. Hay que recordar que el Tribunal Supremo admitió a trámite las denuncias.
Insisto. Con Dolores Delgado al frente de la Fiscalía surgirá la duda de si las decisiones se toman por criterios técnicos o políticos. La diputada socialista ha estado envuelta, además, en un escándalo de extorsión a empresarios, periodistas, jueces y políticos. Un affaire turbio, feo y pringoso.
De ahí que haya cobrado fuerza la idea de que la Fiscalía vuelve a salir al rescate del Gobierno. No permite investigar la ‘caja B’ de Podemos, ni el 8-M, ni ahora la gestión oficial de la pandemia. Curiosamente, decisiones que se alinean al milímetro con los intereses del Ejecutivo de coalición.
Me imagino cómo estarán los fiscales honrados: avergonzados.
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