Las funerarias están hartas de Franco

El Ejecutivo de Pedro Sánchez marcó como uno de sus objetivos prioritarios sacar los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos. Lo hizo a golpe de decreto ley, reabriendo una vieja herida sobre la Historia de las dos Españas.

Se han manejado varios plazos para llevar a cabo la exhumación, pero finalmente se ha establecido como fecha límite el 10 de junio para trasladar los restos, previsiblemente, al cementerio de Mingorrubio-El Pardo.

La familia del dictador y la Fundación Francisco Franco acudieron al Tribunal Supremo por la vía contencioso-administrativa para recurrir la decisión del Gobierno. A expensas de la sentencia del Supremo, que será quien ratifique o no la exhumación, son muchos los cabos que quedan por atar y muchas las personas o empresas que tendrán un papel decisivo sobre el asunto. Al menos desde un punto de vista técnico.

Por ejemplo, los servicios funerarios. ¿Quién se encargará de trasladar a Franco hasta El Pardo? Hace unos meses, varios diarios digitales aseguraron que una pequeña funeraria ubicada en la sierra de Guadarrama era la elegida por el Gobierno para encargarse de ello.

Según relatan a El Chivato fuentes de la propia funeraria, “nadie se puso en contacto” con ellos para elaborar esa información. Y añaden: “ningún periodista llamó para corroborarlo”. Admiten estar “hartos” de la situación y entienden que se les ha vinculado con este caso por su cercanía al Valle de los Caídos. Pero insisten: son absolutamente ajenos al traslado; al menos hasta ahora nadie les ha pedido que se ocupen del caso, ni que intervengan. No hay nada.

Por otro lado, en la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef) reconocen que también ellos están recibiendo “muchas llamadas de periodistas” que quieren conocer detalles sobre la funeraria que se ocupará de los restos de Franco.

Desde la patronal se desmarcan. Explican que no saben nada y que “no tienen por qué saberlo” ya que se trata de una contratación privada entre particulares. “Hemos hablado con muchos informadores y curiosos y a todos le decimos lo mismo: no sabemos nada”, sentencian con la sensación de haber repetido varias veces el mismo discurso