Goya a un campeón

Jesús Vidal ha sido galardonado con el Goya al mejor actor revelación por la película "Campeones". Pero lo realmente revelador no es ya en sí este reconocimiento, que lo es, sino su discurso de agradecimiento y su expresión verbal, llenos de sencillez, de claridad, de bondad y de mucho contenido ético y moral. Su déficit sensorial, lejos de obstaculizarle, le ha servido para hacer emocionar y recapacitar, algo que en nuestros días se hace de rogar.

En apenas cinco minutos dio una clase magistral, de las que no constan en los libros, de las que solamente se inscriben en los corazones nobles. En un mundo globalizado donde la indolencia, el materialismo y la egolatría coronan constantemente la cumbre de casi todos los proyectos humanos, Jesús ha sabido romper estos esquemas con la pureza de su honestidad y con el amor brotado de sus labios.

Hoy, que miles de bebés son abortados por ser diferentes, si gestando Jesús en el vientre de su madre, hubiera sido entonces uno de ellos, ¿quién gozaría ahora de ese Goya? ¿Quizá alguien "normal"? Si hablamos de diversidad, de integración, de tolerancia, ¿por qué ensañarse contra la natalidad?

Nuestros "Campeones", todos, nos han enseñado que la convivencia se forja en el crisol de la humildad, del esfuerzo, de la paciencia y de la comprensión ¡Enhorabuena campeones!, por haber metido un gol a esta sociedad que, en el ámbito de la discapacidad, todavía le queda mucha tela que cortar.