Hastío total

Detalle de una barricada en Barcelona el pasado 17 de Octubre de 2019
Detalle de una barricada en Barcelona el pasado 17 de Octubre de 2019

Con manifestaciones no basta, no sirven para nada, ha dicho un dirigente catalán. Hace falta algo más. El oficio de fastidiar a los demás resulta muy fastidioso también para quienes lo plantean. Tienen que levantarse pronto, salir a la calle, correr, lanzar piedras, gritar hasta desfallecer. Y todo para que se sepa que no están de acuerdo con algo que les han impuesto sin pedirles permiso a ellos. Están hartos y querrían que los demás se contagiaran de su hartura a cualquier precio.

Dar voces y tirar adoquines sólo puede darse en una situación excepcional, cuando se piensa que sirve para algo. Pero al cabo de los días, lo que produce es un hastío total. Nadie sabe para qué se hace una cosa o la contraria, cuando ninguna de las dos sirve para resolver algo. El hastío total viene del lío total en el que estamos metidos, sin ninguna esperanza de que sirva para algo positivo, sino más bien deseando que sea el otro el que se canse y lo deje, antes de que sea yo el cansado de tanta excepcionalidad.

Los barceloneses deben estar hartos de que se hayan apoderado de su ciudad para manifestarse violentamente, con lo a gusto que estaban con los turistas y ellos mismos paseando por la calle, y yendo a trabajar, a comer, a comprar como buenos ciudadanos. Ha explotado la convivencia y no parece fácil que se resuelva, salvo que se abandone la violencia y se pongan unos y otros a dialogar.

 
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