En campaña

Pedro Sánchez, en el primer mitin de campaña del PSOE.
Pedro Sánchez, en el primer mitin de campaña del PSOE.

Tal vez sería útil examinar a los ciudadanos –derechos a la intimidad aparte- sobre los contenidos de los diferentes programas electorales. Con independencia de que no hay nada que se parezca a un verdadero programa, posiblemente nos daríamos cuenta de lo ayunos que estamos de las verdaderas propuestas de los partidos.

Aunque no lo parezca ya estamos en campaña. No lo parece por la sencilla razón de que en la vida política española siempre estamos en campaña y más en esta ocasión, muy concretamente desde el día siguiente de la moción de censura que llevó a Sánchez a la Moncloa.

Confiados –tonta confianza- en que Pedro Sánchez cumpliría su palabra y convocaría elecciones inmediatamente, todas las formaciones entraron en el juego de unos próximos comicios y hasta ahora el juego de la campaña ha continuado sin interrupción.

Ahora sí. Ahora incluso se puede pedir el voto de manera explícita y sin rodeos; el resto todo igual que siempre con algunos aditamentos como el recibimiento a candidatos del Partido Popular en la Autónoma de Barcelona.

Resultaba curioso contemplar las imágenes de la Universidad de la Ciudad Condal, mientras los miembros de la unidad de policía judicial, en el Supremo, desgranaban su odisea el día del referéndum en algunos colegios de Cataluña. Más de lo mismo.

Y como siempre, hay que preguntarse si las campañas -y ese más de lo mismo- sirven realmente o aportan algo para que el voto de los ciudadanos sea más ponderado y, sobre todo, está mejor documentado.

Tal vez sería útil examinar a los ciudadanos –derechos a la intimidad aparte- sobre los contenidos de los diferentes programas electorales. Con independencia de que no hay nada que se parezca a un verdadero programa, posiblemente nos daríamos cuenta de lo ayunos que estamos de las verdaderas propuestas de los partidos.

Tras las luchas internas de los partidos, de todos los partidos, en la confección de las listas, comienza la sucesión de mítines, viajes, insultos, aplausos, aforos llenos o menos llenos, frases que se tergiversan, propuestas que escandalizan a unos y resultan viables para otros, carteles fotos… Y la guinda, las guindas que son las encuestas y los debates.

Las encuestas proliferan y es muy difícil quitarse de la cabeza la sospecha de que todas son interesadas y de que todas buscan el objetivo de determinar el voto.

 

Y los debates, tan inútiles como el resto de la campaña, pero que dan lugar a sabrosos comentarios en las jornadas siguientes por aquello de quién ha ganado y quién ha perdido.

Y la encuesta sobre la fiabilidad de las encuestas y el debate sobre la celebración del debate.

Y esta vez, que no ha parido la abuela ni tan siquiera con el aquel de la familia numerosa, ha parido Tezanos.

Pero parir de parida.

Portada
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato