José Apezarena

Los incendios del PSOE

El partido socialista ha apagado un primer y amenazador incendio, con la aprobación ayer de esa abstención en la investidura que les evitará las temidas terceras elecciones. Pero le quedan otros fuegos más.

Uno de ellos, de bastante consideración, las noventa mil firmas de militantes recogidas para censurar a la actual gestora, pero sobre todo exigiendo la inmediata convocatoria de un congreso extraordinario y la elección de nuevo secretario general.

Algo que, según los analistas más reputados, no va a ocurrir. No, al menos, antes de un año, que es como se interpreta la nominación de José Blanco como presidente de la gestora, y el recordatorio, que se hizo allí, de que se trata de un cargo con esa duración: un año.

El sentir de buena parte de la militancia no se ha visto reflejado, al contrario, en el acuerdo aprobado por el comité federal. Habrá que esperar a ver las consecuencias de una discordancia tan seria. Es, como digo, uno de los fuegos que siguen ardiendo dentro del partido. No hay que perder de vista que hasta se ha hablado del riesgo de escisión en el PSOE.

Otro incendio más es la rebelión del PSC, que se mantiene en sus trece de votar “no” a pesar del acuerdo del comité federal y del mandato de disciplina. Si así lo hicieran finalmente, hay que recordar algunas advertencias soterradas de que eso dañará de forma grave la relación entre las dos formaciones hermanas. A lo que se añade que han vuelto a circular otra vez las propuestas de olvidarse del PSC y crear en Cataluña un PSOE dependiente del partido a nivel estatal, y  por tanto fiel al mismo, no como ahora.

Y sigue activo el incendio que representa Pedro Sánchez, que ayer reapareció para, de nuevo, pedir que el PSOE cumpla los deseos de las bases, frente a la voluntad impuesta por los órganos intermedios, es decir, ejecutivas regionales, comité federal y gestora.

De celebrarse a corto plazo ese congreso extraordinario, en el que además votarán los militantes, no cabe duda de que Pedro Sánchez tendrá muchas opciones de salir elegido secretario general de nuevo. Lo que pasa es que, como he dicho, no existe ninguna voluntad de adelantar nada.

Y, suponiendo que estos conflictos inmediatos acaben resolviéndose, el fuego matriz que deben sofocar es la propia definición de qué es, que quiere ser, a dónde desea ir, a quién aspira a representar, el partido socialista.

No parece descabellado calcular que el PSOE dedicará el primer año de esta legislatura en la oposición a debatir internamente, hasta definir la estrategia que les saque de la espiral de derrotas en la que han entrado. Y después, una vez se hayan aclarado, vendrá el paso siguiente: elegir el nuevo líder, que será además el futuro candidato/a a la presidencia del Gobierno.

 

Muchos trabajos pendientes. Y mucho fuego todavía por apagar.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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