José Apezarena

El intocable Pablo Iglesias, touché

Irene Montero, ministra de Igualdad, y Pablo Iglesias, exvicepresidente de del Gobierno, en el Congreso de los Diputados.
Irene Montero y Pablo Iglesias

Pablo Iglesias ha sido “touché”. Tocado.

Define el diccionario que, en esgrima, es la “acción de tocar al contrario con el arma”, y que suele tener por resultado la derrota. Y, como interjección, es: “Expresión que utiliza una persona en una discusión o debate cuando aporta un argumento que desmonta o desenmascara a su oponente”.

Bueno, pues el cuasi todo poderoso vicepresidente segundo del Gobierno, y líder de Podemos, ha sido “tocado”. "Touché"

Resulta que un juez de la Audiencia Nacional considera que se le pueden imputar tres delitos: descubrimiento y revelación de secretos, con “agravante de género”; daños informáticos; y denuncia falsa o simulación de delito, por haber denunciado una supuesta conspiración contra él por parte de las “cloacas del Estado”. Y así lo ha elevado el magistrado al Tribunal Supremo.

Alguna vez he escrito mi impresión de que Pablo Iglesias no es tan listo.

Si no tuviera la condición de aforado, en este momento el vicepresidente segundo estaría imputado.

Por cierto, que el juez ha denunciado que está recibiendo amenazas de muerte a través de las redes sociales.

¿Cómo ha reaccionado el señor vicepresidente segundo del Gobierno? Pues, con tono tajante, casi desafiante, ha declarado que la imputación es “inconcebible, absolutamente imposible, no va a ocurrir”.

“Ni como mera hipótesis concebimos que pueda haber una imputación”, ha añadido, a la vez que, por supuesto, descartaba cualquier intención de dimitir.

 

“En este país todavía no han condenado ni imputado a nadie solamente por sus ideas”, ha argumentado también. A lo que cabe replicarle que se encuentra ante los tribunales, no por unas ideas, sino por unos hechos. Hechos que el juez califica como delictivos, de acuerdo con el Código Penal.

¿Y cómo está tan seguro Pablo Iglesias de que la acusación que pesa sobre él acabará en nada? ¿Le ha dado esa garantía el presidente del Gobierno? ¿Con qué fundamento?

Por supuesto, Partido Popular, Ciudadanos, han exigido a Sánchez el cese de su vicepresidente, y al propio Iglesias la dimisión, en aplicación de la receta que socialistas y podemitas quisieron aplicar en otros casos.

Cuando saltó el asunto del máster de Pablo Casado, Adriana Lastra, vicesecretaria general del PSOE y portavoz socialista en el Congreso, afirmó que Casado "tenía un problema real" y que lo que tenía que hacer era "presentar su dimisión". ¡Maldita hemeroteca! Porque eso es lo ahora se reclama para el señor Pablo Iglesias.

De no tratarse de persona aforada, insisto, hoy el líder de Podemos y vicepresidente segundo del Congreso, estaría imputado.

Los que hayan visto la magnífica película “Los intocables”, recordarán la escena en la que uno de los principales colaboradores de Eliot Ness es asesinado, y los autores escriben en las paredes con sangre la palabra “touchables”.

En fin, que cualquiera que sea la decisión que adopte el Tribunal Supremo, asumiendo o no el caso, la realidad es que Pablo Iglesias, que se autoproclama intocable, ha sido ya “touché”.

editor@elconfidencialdigital.com

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